Opinión

Rosa María Sánchez

Rosa María Sánchez

Redactora jefe

Madrid

Heridas hipotecarias sin cerrar

Con una crisis de sobrevaloración de la vivienda en ciernes, conviene recordar que la mitad de los desahucios aun proceden de créditos contraídos entre 2005 y 2008

Una persona sujeta un cartel contra los desahucios durante una concentración de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH).

Una persona sujeta un cartel contra los desahucios durante una concentración de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH). / Jorge Gil - Europa Press - Archivo

La compraventa de viviendas está rozando ya las cifras récord que alcanzaron durante la burbuja de 2007. Su precio medio ya superó en 2024, por primera vez, el que llegó a alcanzar entonces. Y ahora, el Gobierno se vuelve a plantear dar alas a la construcción, después de que su peso haya caído al 5% del PIB (desde el 12,5% que rozó en 2007). Han sido más de 15 años de achique de unos excesos que, sin embargo, aún tiene heridas abiertas, por drenar.

Llama la atención que, todavía, la mitad de los desahucios de viviendas que se ejecutan aún proceden de hipotecas que se constituyeron entonces, entre 2005 y 2008. A pesar del escudo social que, desde 2020, prohibe los desahucios que afectan a personas en situación de vulnerabilidad y sin alternativa habitacional, el año pasado se produjeron 12.655 ejecuciones hipotecarias. Es una cifra relativamente menor, si se compara con los casi 27.500 que se producían en 2019 (antes de que el estallido del covid impulsara el levantamiento de este escudo social) o con los casi 70.500 de 2014 (que es el año del que parte la estadística que publica el Instituto Nacional de Estadística). Desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) se calcula que el escudo social ha evitado 58.000 desahucios en los cuatro años en los que ha estado en vigor (se ha prorrogado hasta diciembre de 2025).

Ahora, que el Banco Central Europeo estima que la sobrevaloración de la vivienda en España se eleva ya al máximo en 14 años y que las casas son el 11,3% más caras de lo que las familias pueden pagar (según su último indicador promedio de sobrevaloración, correspondiente al tercer trimestre de 2024) procede una llamada a la prudencia. Sobre todo, cuando los datos del INE nos desvelan que aún quedan heridas hipotecarias de hace casi 20 años que todavía no se han cerrado.

Suscríbete para seguir leyendo