Opinión | Desperfectos
Valentí Puig

Valentí Puig

Escritor y periodista.

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La hipoteca 'jumbo' de Moncloa

Las secuelas del 'procés distorsionan todavía el pluralismo político y lo demuestra el hecho de que los escaños de Junts a veces pesen más que la labor de Gobierno de Illa

El PSOE y Junts pactan el traspaso de competencias en inmigración a Catalunya

La Caixa y Criteria devuelven su sede a Catalunya

La tornada de Puigdemont

La tornada de Puigdemont

El cobrador del frac se ha hecho un asiduo de La Moncloa, con facturas remitidas desde Waterloo. Esos siete escaños de Junts se cotizan como el diamante rojo. Es la mayor hipoteca de Pedro Sánchez, más voluminosa que la de Sumar, y afectará a los vínculos habituales entre el PSOE y su electorado, hasta el punto de que nubes cargadas de votos pueden ir a parar a nuevos sujetos políticos afincados en la red X.

Si en los Estados Unidos, las hipotecas 'jumbo', de altísimo coste, acaban en mercados hipotecarios secundarios, la hipoteca Junts de Moncloa tiene un coste político ya muy aparatoso. Todavía impreciso, su coste electoral le está quitando el sueño a los excolegas de Ábalos.

En el momento en que la socialdemocracia danesa y la extrema izquierda alemana constatan los riesgos de una política migratoria laxa, el PSOE de Pedro Sánchez accede a la propuesta paranoica de Puigdemont sobre cómo gestionar la inmigración en Catalunya. Son las consecuencias de la hipoteca 'jumbo': de proclamar que la inmigración solo es solventable en un marco europeo se pasa a conceder al partido particularista de Puigdemont el gesto que reclama para parar como sea el avance electoral de Aliança Catalana, un partido radicalmente independentista y crítico con el 'procés', cuya política nuclear es detener el islamismo en Ripoll.

A la Generalitat de Salvador IIla le corresponderá administrar los contenidos fácticos de ese giro y no a Junts. No se trata, pues, de tener en cuenta lo que más conviene a la sociedad catalana sino nutrir de más letra pequeña la hipoteca 'jumbo' que Pedro Sánchez solicitó para su investidura. Por ahí van los ministros de Pedro Sánchez en el enésimo subterfugio semántico, en contradicción permanente, carentes de argumentación sustancial, a la manera de esas velas que chasquean según sopla el viento y llevan al bergantín quién sabe dónde.

Faltan los detalles finales, el sí pero no, y como tampoco es seguro que la reclamación de Junts tenga suficientes votos en el Congreso de los Diputados, es pronto para saber si a Salvador Illa todo eso le va a salir caro o provechoso. Lo que sí se puede aventurar es que no tiene que ver con la pacificación de Catalunya. El regreso de las sedes de la Caixa y Criteria ha sido una buena noticia como elemento de normalización económica e institucional después del delirio 'procesista', pero todavía no puede hablarse de una normalidad natural en la política catalana.

Las secuelas del 'procés distorsionan todavía el pluralismo político y lo demuestra el hecho de que los escaños de Junts –en declive, según las encuestas- a veces pesen más que la labor de Gobierno de Illa. Algo similar ocurre con las exigencias de ERC, tampoco boyante en las encuestas pero necesario para Illa en el parlamento autonómico. La presunta pacificación de Catalunya ha dejado remanentes de inestabilidad y siguen activas las falacias para no asumir que se trata una sociedad bilingüe. En cada sesión parlamentaria, Pedro Sánchez seguirá tramitando una hipoteca 'jumbo' que tiene más que ver con su permanencia en la Moncloa que con la estabilidad en Catalunya.