Opinión | Apunte

Agustí Sala

Agustí Sala

Redactor jefe de Economía

Barcelona

'Bye, bye', Bankia

CaixaBank cierra la presencia de Bankia en su cúpula con el nombramiento de cinco nuevos consejeros

¿Quiénes son los cinco nuevos consejeros de CaixaBank?

Archivo - Fachada de la sede de CaixaBank en la Avenida Diagonal de Barcelona.

Archivo - Fachada de la sede de CaixaBank en la Avenida Diagonal de Barcelona. / EP

En la banca y en otros negocios, el pez grande se suele comer al pequeño y el más fuerte al que, en principio, es más débil. Y sucede lo mismo con el que toma la iniciativa en una operación de integración. El dominante suele hacer desaparecer la marca del absorbido y, en general, suele acabar deshaciéndose de los directivos de este.

La renovación del consejo de administración de CaixaBank acaba definitivamente con cualquier rastro de Bankia, cuya absorción culminó en 2021. Tras la marcha del presidente, que lo era también la entidad absorbida, José Ignacio Goirigolzarri, estaba cantado que el órgano de gobierno del banco acabaría reflejando un nuevo panorama, con la Fundación La Caixa a través de su brazo inversor, Criteria; como primera accionista; y el Estado, segundo y sentado en el consejo para controlar los intereses públicos, pero con un horizonte futuro de salida. Con la desaparición definitiva de Bankia se cierra un periodo en el que vivimos rescates bancarios de los que los contribuyentes, ciudadanos, apenas hemos recuperado una parte.

Ante esta evolución en materia de integraciones, no es de extrañar que haya tanta oposición en Catalunya a la oferta de compra (opa) del BBVA sobre Banc Sabadell, cuyo consejo de administración rechaza completamente la operación. El objetivo final del banco de origen vasco es una fusión en la que es el dominante, mientras que la entidad catalana, que recientemente ha decidido devolver su sede social a Catalunya y que el próximo 20 de marzo celebrará por primera vez en 8 años la primera junta de accionistas en la ciudad que le vio nacer en 1881, acabaría quedando diluida dentro de un grupo mucho mayor.

Los precedentes de todo este tipo de operaciones son una buena guía: ¿dónde acabaron el Central Hispano que se sumaba a la marca Santander?, ¿O Banesto? Y no digamos el Popular... Es evidente que la suma, aunque no de como resultado el doble, sí que produce una entidad mayor, hace desaparecer a uno delos protagonistas y, por tanto, reduce el número de competidores en el mercado.

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