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Ferran Boiza

Ferran Boiza

Director adjunto de EL PERIÓDICO

El tabú europeo de la Defensa

Europa asume la "mentalidad de urgencia" tras el acercamiento de Trump a Putin y el punto de inflexión que esto supone para su seguridad

Emmanuel Macron y Ursula von der Leyen en la cumbre europea en París.

Emmanuel Macron y Ursula von der Leyen en la cumbre europea en París. / Europa Press

"La seguridad europea se encuentra en un punto de inflexión", aseguraba este lunes la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que añadía: "Esto es sobre Ucrania, pero también sobre nosotros. Necesitamos una mentalidad de urgencia y un aumento de la defensa. Y lo necesitamos ahora".

"Ha llegado el momento de asumir la responsabilidad, por nuestra propia seguridad y la seguridad del continente", apuntaba por su parte el primer ministro británico, Keir Starmer, que ha iniciado un paulatino alejamiento de su histórico socio americano.

Olaf Scholz, el canciller alemán, incidía en la misma idea al solicitar a la UE que reforme las reglas fiscales para que los gastos en defensa superiores al 2% del PIB no tengan las restricciones que sufren actualmente.

Hasta el presidente Pedro Sánchez se abrió a emitir deuda europea, los famosos eurobonos que ya se pusieron en circulación para hacer frente a la crisis del covid, para financiar la seguridad común, aunque España no quiere superar el 2% ya comprometido, un camino aún difícil de transitar porque nuestro país destinó el año pasado apenas el 1,28% del PIB al gasto en Defensa, unos 16.000 millones de euros.

Pero como con las adicciones, el primer paso es asumir que se tiene un problema. Y Europa, que ha vivido las últimas décadas al calor de la protección de los EEUU, parece haber despertado a esa "mentalidad de urgencia” a la que hizo referencia Von der Layen y ha asumido, finalmente, que ya es mayor de edad y que tiene que empezar a solventarse los problemas por sí misma, que ya no puede contar con el amigo americano que tantas veces le ha sacado del aprieto.

La reunión de este lunes en París, auspiciada por Macron, se saldó con muchas diferencias sobre si los países europeos deben enviar tropas a Ucrania para garantizar la paz, pero fue un primer paso muy relevante para el futuro porque empezó a agrietar el tabú continental del gasto en Defensa ante el peligroso acercamiento de Trump a Putin.