Opinión | Futbol
Sergi Sol

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Periodista

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Lágrimas, blancas, de cocodrilo

Si la Liga ya venía cargada de quejas del Madrid y su poderoso entorno mediático, lo de perder el liderato ha sido la gota que colmó el vaso del imperio blanco, que lleva meses arremetiendo contra los árbitros y el Barça

Lewandowski celebrando junto a De Jong y Gavi el primer gol durante el partido de liga entre el FC Barcelona y el Rayo Vallecano

Lewandowski celebrando junto a De Jong y Gavi el primer gol durante el partido de liga entre el FC Barcelona y el Rayo Vallecano / JORDI COTRINA

El Rayo Vallecano puso en apuros al Barça. Le jugó de tú a tú y pudo haberse llevado algún punto de Montjuïc. Por lo menos un empate que efectivamente acarició y, en buena medida, mereció. El Barça, gracias a un penalti, se llevó los tres puntos y recuperó milagrosamente el liderato luego de haber malogrado puntos y más puntos.

Y si la Liga ya venía cargada de quejas y más quejas del campeonísimo Madrid y su poderoso entorno mediático, lo de perder el liderato ha sido la gota que colmó el vaso del imperio blanco, que lleva meses arremetiendo contra los árbitros y el Barça. No hay derecho. Al punto que se plantean, incluso, abandonar la Liga. Para ir a otra que, se supone, les trate mejor. O sea, les pite más penaltis a favor, menos en contra y castigue a sus rivales con más tarjetas rojas.

Lo curioso es que, datos en la mano, el Real Madrid es el equipo con más penaltis a favor. De largo. Y uno de los que menos le pitan en contra. Algo que no es novedoso de la presente temporada. Los datos históricos confirman que, a los árbitros, pitar un penalti a favor de los blancos les cuesta poco. Son, con mucho, los que más se benefician del lanzamiento desde los 9 metros.

Pero pese a llevar ya 10 penaltis a favor, tres más que al segundo, el Vila-real, los blancos consideran que les deberían haber pitado por lo menos el doble. Y claro está que al Barça le deberían haber pitado un sinfín más. Pero en contra. O sea, datos en mano, el Madrid dobla ya al Barça en penaltis a favor. Y también sale mejor parado por lo que a las penas máximas en contra se refiere.

Luego está el tema de proteger a los grandes jugadores, a cuenta de una dura entrada a Mbappé contra el Espanyol. Afortunadamente, sin consecuencias. Nada que ver con las entradas que sufrieron, en sus tiempos, jugadores como Maradona o Schuster jugando con el Barça. Eso fue en los 80. Mucho ha llovido desde entonces. O no tanto. Pronto se olvida lo que significó la llegada de Mourinho al Madrid. Del clima que imperó para parar a Messi "por lo civil o por lo criminal". ¡Cómo para dar ahora lecciones de nada!

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