
Periodista y psicóloga.

Sílvia Cóppulo
Sílvia CóppuloPeriodista y psicóloga.
Licenciada en Psicología y Doctora en Comunicación. Profesora de Comunicación en la Universitat de Barcelona
La sexoflexibilidad avanza
Aunque algunas opciones resulten extrañas socialmente, vale la pena acercarse a todas las maneras de vivir la sexualidad desde el respeto

Poliamor.
Todas las opciones sexuales son válidas. Son humanas. Y aunque socialmente resulten extrañas e incluso estén estigmatizadas, vale la pena acercarse a todas las maneras de vivir la sexualidad desde el respeto, sin juicios (ni prejuicios) que constriñan y ahoguen la libre expresión del gran misterio: el amor y el sexo.
Entre la juventud y especialmente entre las chicas -a las cuales se les tolera más la actividad o el deseo entre congéneres- la bisexualidad crece. Se otorgan permiso para tener la posibilidad de experimentar relaciones eróticas con personas de todos los sexos, en una ampliación del mundo erótico, a la búsqueda de nuevas experiencias. Aunque les pueda atraer más un género que el otro, la bisexualidad no es una elección en tanto que deseo, ni necesariamente tiene que representar una etapa de confusión, ni de transición hacia la homosexualidad o la heterosexualidad; es una expresión de libertad. Las atracciones pueden ser cambiantes a lo largo de la vida y, con el tiempo, la tendencia mayoritaria continúa situándose hacia la monogamia y las relaciones heterosexuales, aunque entre los adolescentes esta fórmula parezca pasada de moda.
En este mundo tan cambiante, ganan terreno las relaciones poliamorosas; es decir, con varias personas a la vez y distintos niveles de intimidad, que forman parte de un núcleo estable amoroso, erótico y sexual. No se trataría de infidelidades consentidas, sino de relaciones basadas en la libertad individual y la autonomía, sin una estructura definida. ¿Cómo gestionar el equilibrio entre las distintas relaciones? ¿Dónde poner los límites? Las relaciones poliamorosas no comportan ninguna garantía de mayor satisfacción que las monógamas. Y atención: si la pareja “principal” dice: “Por qué estás tan celosa… no debes ser poli de verdad” o “la única manera de tener intimidad en grupo es tener sexo en grupo” o se burla de ti cuando quieres expresar tus emociones, hay que decir que te enfrentas a una persona abusadora.
Compromiso, confianza y comunicación. Cómo edificar satisfactoriamente nuestra vida amorosa y sexual. Ese es el reto.
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