Opinión | OPINIÓN
Alexis Serra Rovira, Exdirector de la Oficina para la Reforma Horaria
Hacia las 37,5 horas, para vivir mejor Catalunya
Reducción de la jornada laboral: el Gobierno aprueba el borrador de la ley en espera de una dura negociación en el Congreso
Del control horario al trabajo a tiempo parcial: 5 claves del pacto entre Trabajo y sindicatos para reducir la jornada

BARCELONA 22/09/2022 Sociedad. Reforma Horaria. Tema dia FER GENT FITXANT A LA FEINA, I ALGUN RELLOTGE GRAN AMB GENT PASSANT, PER EXEMPLE A PLAÇA CAT ESTACIO RENFE FOTO de ELISENDA PONS / ELISENDA PONS
Catalunya siempre ha sido un país pionero en tantas y tantas iniciativas. Una de ellas fue el debate en torno a una nueva organización del tiempo, que acabó definiéndose como reforma horaria (evocando una época en la que se hablaba mucho de la reforma laboral). Ese núcleo inicial formado por personas expertas en diferentes disciplinas (Sara Berbel, Cristina Sánchez-Miret, Salvador Cardús, Javier Albares, Josep Ginesta o Fabián Mohedano...) supieron poner sobre la mesa mediática la necesidad de replantearse los horarios establecidos en ese momento, caracterizados sobre todo por retrasar hasta tarde los horarios laborales, deportivos, televisivos... Después de estudios, campañas de sensibilización, se logró un consenso social y político en torno al Pacto para la Reforma Horaria, firmado en julio de 2017 con el denominado Objetivo 2025 (todas las partes se daban ocho años para conseguir la Reforma de los horarios). Y ya en esa época hablábamos de cuáles debían ser las palancas del cambio, en otras palabras, por dónde debía comenzar la reforma horaria. El consenso mayoritario se situaba justamente en el ámbito laboral. Reducir y reorganizar las horas de trabajo debía ser el primer estadio para poder ir cambiando más piezas de la compleja organización horaria existente.
Estos últimos años hemos sido testigos de cómo el mundo del trabajo ha ido evolucionando, cómo se han roto moldes ante la histórica presencialidad y rigidez horaria, y hemos normalizado flexibilidades horarias, reducciones del tiempo para comer, una mejor convivencia entre el trabajo presencial y el trabajo a distancia, entre otras. Los hábitos, la digitalización, la pandemia y sobre todo las nuevas generaciones de personas trabajadoras que han ido priorizando y reclamando una mejor gestión del tiempo de trabajo para garantizar una mayor calidad de vida han ido modificando la fotografía laboral de nuestra actualidad.
Reducir y reorganizar las horas de trabajo debía ser el primer estadio para poder ir cambiando más piezas de la compleja organización horaria existente
Cambios a nivel empresarial, donde la gran mayoría de convenios colectivos establecen la limitación semanal máxima de 38,5 horas, avanzando hacia la homogeneización laboral (la jornada laboral en el sector público ya es de 37,5 horas) y, sobre todo, cambios que finalmente están permitiendo una tímida reorganización del tiempo, poniendo en valor el tiempo dedicado a la familia, a los amigos, a uno mismo, al ocio y a un mejor descanso, en definitiva, poniendo al servicio de la salud física y emocional de las personas y, sobre todo, garantizando más tiempo libre para compartir entre padres e hijos (una reclamación generalizada de la infancia).
El camino hacia una redistribución diferente de nuestros usos del tiempo es imparable, porque la conciencia de querer disfrutar más y mejor de nuestro tiempo es cada vez más un factor determinante a la hora de elegir un trabajo u otro.
El camino hacia una redistribución diferente de nuestros usos del tiempo es imparable
Las nuevas generaciones así lo están reclamando cada vez más. El denominado "Quiet ambition", la tendencia de la generación Z que cambia las prioridades en el trabajo, cada vez toma más fuerza. Una generación mucho más sensibilizada por la salud mental y el bienestar personal cuando debe decidir sobre un lugar de trabajo, evitando ser esclavos del trabajo (trabajar para vivir en lugar de vivir para trabajar).
Ya estamos en el año 2025 y, lamentablemente, no se ha avanzado en los términos que se propusieron hace ocho años con el Pacto para la Reforma Horaria; y a pesar de esto, estamos ante la oportunidad de modificar la principal palanca de cambio que hablaba el Pacto: modificar los horarios en el ámbito laboral, reduciendo por ley media hora cada día.
Las personas fuerzan los cambios, también en relación con los horarios laborales. Sucedió hace más de 105 años con la limitación de las ocho horas diarias (entonces también se trabajaba los sábados) y sucedió a finales de 1982 con la reducción de las 44 horas semanales hasta las 40 horas por ley actuales. Porque son muchos y diversos los estudios que certifican que una reducción de las horas de trabajo provoca un incremento de la productividad. Las sociedades avanzan y ahora, por lo tanto, es la hora de que la política haga su parte para avanzar en esta reorganización horaria laboral. Porque las 37,5 horas serán sinónimo de vivir mejor y quién sabe si la palanca deseada para avanzar en la Reforma Horaria.
- Saltan las alarmas en la Guardia Civil ante el crecimiento del timo del supermercado que está vaciando las cuentas bancarias
- Una soltera de 'First Dates' deja helado a su cita tras bailar juntos: 'Me sabe mal, pero a mí me gustan los latinos
- Borra estas aplicaciones de tu móvil: pueden acceder a tu cuenta bancaria
- Terremoto en Santorini, hoy en directo: última hora del estado de emergencia y riesgo de erupción volcánica
- Encarnación Carrasco, profesora de la UB: 'Vemos actitudes y comportamientos inaceptables en un estudiante universitario
- Ni maquillado ni oliendo bien: un abogado avisa cómo hay que ir al tribunal médico para no perder una incapacidad permanente
- Estos son los cambios que trae consigo la reforma de la ley de dependencia
- La nueva ayuda que podrás cobrar en Catalunya si tienes un sueldo de hasta 1.500 euros