Opinión | El pataleo
Josep Pedrerol

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Periodista

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El Madrid estalla contra los árbitros

El Real Madrid denuncia la "manipulación" y "adulteración" de LaLiga por los árbitros

La entrada de Carlos Romero a Mbappé.

La entrada de Carlos Romero a Mbappé. / EFE

Vaya semanita. Resulta que Louzán calentó el ambiente en El Cafelito desvelando presuntas charlas con Florentino Pérez sobre los árbitros. Conversaciones en las que las quejas habrían sido más que insistentes por parte del presidente del Real Madrid. Esas palabras revolucionaron los medios y las redes sociales, convirtiéndose en la coartada que muchos culés llevaban tiempo esperando. Normal e inteligente. Los aficionados del Barça habían quedado muy tocados por los pagos de su club a Negreira. Pagos, recordemos, al vicepresidente de los árbitros. Pagos, refresquemos la memoria, millonarios, duraderos y opacos.

Muchos han querido comparar esos generosos ingresos al responsable de las calificaciones a los árbitros (que podían significar ascensos y descensos de categoría) con las quejas de Florentino al actual presidente de la RFEF. No es mala estrategia, cierto es, pero el Madrid no se ha escondido nunca en este asunto. Es más, las críticas a los árbitros han sido una constante en los últimos años por parte del club mediante durísimos comunicados como el de ayer. En él se habla de sistema desacreditado, manipulación o adulteración y se piden los audios de lo ocurrido en Cornellà con Mbappé. Críticas, también, de su presidente, que ha denunciado en asambleas de compromisarios lo que considera una organización arbitral deteriorada, corrupta. 

Resulta que mientras estamos inmersos en ese debate, de escaso recorrido, sobre si es peor pagar a un vicepresidente de los árbitros o criticarlos, aparece el colegiado del Espanyol-Real Madrid y se come una tarjeta roja de libro tras la peligrosa entrada de Romero. ¿Y ahora qué?

Lo grave es que algunos siguen sin entender que lo más importante es velar por la integridad de los futbolistas. Y eso no depende de interpretaciones. Si un jugador hace una entrada dura, por detrás, con los tacos y sin capacidad de llegar al balón, hay que echarlo a los dos segundos. El árbitro, el primero. Pero si no lo ve, si está mirando hacia otro lado, si no se entera de nada, para eso está el VAR, para evitar errores grotescos.

De momento, la reacción ha sido una bronca de Medina Cantalejo y neverazo. El asunto es muy sencillo: proteger al futbolista es proteger al fútbol.