Opinión | Cine
Karla Sofía merece el Oscar

La actriz española Karla Sofía Gascón. / EP
Hay dos motivos por los que Karla Sofía Gascón merece el Oscar. El primero es 'Emilia Pérez', una película fabulosa que catapulta a esta mujer trans de Alcobendas de actriz de teleseries baratas a diva mundial por sus méritos actorales indiscutibles. El segundo es su cuenta de X, ya cerrada, que sirve como prueba de que toda esa pose moralista, progresista y políticamente correcta que ha engalanado su promoción de 'Emilia Pérez' por el mundo era, en realidad, un trabajo actoral todavía más fabuloso.
En los tuits de su cuenta de X vemos una persona muy diferente a la que concede entrevistas a la revista 'Variety' o abronca a Pablo Motos si él menciona que es una mujer trans. Por contra, vemos a una madridista forofa que llama 'drogata' a George Floyd, muy crítica con el aspecto reaccionario del Islam, que insulta a los independentistas catalanes, a los líderes de los partidos de izquierdas e incluso a ese guapo presidente socialista cuya mano besa, ahora. También critica las cuotas identitarias del nuevo Hollywood como un corsé ridículo.
Si aquellas opiniones eran sinceras, Karla Sofía ha desempeñado el papel de diva progre de forma envidiable; si, por el contrario, aquella actividad en X fue una actuación, ahora todo el globo se ha creído que es una facha encubierta, con lo que el Oscar a la mejor actriz vuelve a ser bien merecido.
Me permito recordar a los canceladores que a una actriz o actor hay que juzgarlo solo por lo que deja ver en la pantalla. Tanto la gran pantalla como la pantalla del móvil, Karla Sofía reflejan una capacidad de “parecer quien no soy”, en palabras de Peter Brook, muy por encima de la media. Pero lo más importante es que las ideas políticas de esta actriz, sean cuales sean, siempre han quedado al margen de sus papeles. Me molestó muchísimo que echasen de The Mandalorian a Gina Carano cuando sus loas trumpistas corrieron viralmente por la red, y que le hicieran a Mel Gibson la vida imposible por ser un fanático cristiano, y que hayan atacado a Diane Keaton o Scarlett Johansson por defender a Woody Allen. Karla Sofía Gascón tiene tanto derecho a pensar en cuotas como a considerarlas una bosta.
Si ha fingido ser una progre en la promo para optar a un Oscar, lo único que condena este hecho es el opresivo ambiente de pensamiento único, consignas e hipocresía que existe en Hollywood y el mundo cultureta en general. And the Oscar goes to her.
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