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Primeros obstáculos para Trump

Se ajusta más a la realidad observar que los intersticios del sistema proveen de recursos para evitar su completa adulteración

Primer revés para Trump: un juez paraliza temporalmente su orden de quitar el derecho de ciudadanía por nacimiento

Barron, la estrella emergente de la dinastía Trump

Donald Trump, durante su investidura como 47 presidente de EEUU.

Donald Trump, durante su investidura como 47 presidente de EEUU. / AP

El desembarco de Donald Trump en la Casa Blanca se atiene a su doble propósito de impugnar de punta a cabo el orden democrático liberal y de vengarse de quienes, durante la presidencia de Joe Biden, le llevaron ante los jueces. Su primera semana en el Despacho Oval obliga a preguntarse hasta qué punto es posible contener su arremetida y lograr que prevalezca el Estado de derecho, sabido que el Partido Republicano dispone de mayoría en las dos cámaras del Congreso y tiene a su disposición un Tribunal Supremo con mayoría conservadora, configurado a su medida por Trump durante su primer mandato. Y al mismo tiempo, induce a medir cuál es en la práctica la capacidad de los estados con gobiernos demócratas y de los jueces federales y fiscales para poner obstáculos que frenen la mutación del sistema que persigue el presidente

Cabe deducir algunas pistas de la decisión de un juez federal del estado de Washington de suspender temporalmente a escala nacional la orden ejecutiva de Trump que abole el derecho de ciudadanía por nacimiento para los hijos de inmigrantes indocumentados. La 14ª enmienda de la Constitución de Estados Unidos, aprobada en 1866, consagra tal derecho, de forma que pocas dudas caben sobre la inconstitucionalidad del decreto presidencial. Es asimismo un atropello sin base legal utilizar escuelas y organizaciones cívicas para localizar y expulsar del país a quienes son depositarios de ese derecho. El desenlace del caso será del todo importante para saber cuál es el margen de maniobra de Trump para saltarse las prescripciones constitucionales y violentar el sistema

Alguna otra pista hay en la confirmación del nombramiento de Pete Hegseth en el Senado para ocupar la Secretaría de Defensa: solo fue posible gracias al voto de desempate del vicepresidente Vance. El episodio ha puesto de relieve el hecho de que el sostén de Trump en el Congreso es menos sólido de lo supuesto. El apoyo de tres senadores republicanos y dos independientes completó los 50 votos contra el nombramiento; las dudas sobre la consistencia de la mayoría quedaron expuestas a la luz pública. Hegseth pareció desde el principio un personaje inapropiado para dirigir el Pentágono; hoy lo parece más y no solo por su falta de preparación y vida desordenada. 

Sería una enorme falta de realismo sacar de todo ello la conclusión de que Trump y su séquito tropezarán con una piedra en cada esquina. Se ajusta más a la realidad observar que los intersticios del sistema proveen de recursos para evitar su completa adulteración. Como ha explicado uno de los fiscales que llevó la acusación contra los asaltantes del Congreso, las razones de su actuación y las sentencias condenatorias tuvieron un doble fundamento constitucional y moral. Es cierto que el mismo entramado legal que las hizo posibles opera hoy en un entorno adverso, pero no es menos cierto que la victoria de Trump el 5 de noviembre no proyectó la imagen de una sociedad cohesionada, sino más bien partida en dos. Es decir, hay caminos, quizá inciertos, para moderar el asalto del trumpismo al poder, en mayor medida si el Partido Demócrata sale de su aturdimiento presente y forja nuevos liderazgos para encarar con posibilidades de recuperación las legislativas de noviembre de 2026.