Opinión
Joan Roca Sagarra
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Trabajo y diversidad

Hay que valorar si, como sociedad, podemos prescindir del esfuerzo y el empleo para crear vías de promoción y realización personales, así como de generación de inclusión y diversidad colectivas

La Inteligencia Artificial calcula cómo avanzará el calentamiento global: este es su pronóstico

Inteligencia Artificial.

Inteligencia Artificial. / GOBIERNO DE ASTURIAS

Inauguramos 2025 con retos e incertidumbres que, como cada año, nos atrevemos a vaticinar a la vez que repasamos todo aquello sucedido en un 2024 que dejamos atrás.

El cambio climático y la inteligencia artificial son los dos principales retos que se identifican, recurrentemente, como elementos que tendrán un protagonismo crucial no tan solo de cara a este año, sino en el lustro que iniciamos de cara a 2030. En los dos casos hay una clara sensación de derrota avanzada, como si ya nada fuera posible para frenar las irremediables consecuencias de una tendencia climática devastadora y una innovación tecnológica que no tiene freno.

Estos días, como decía, invitan a la reflexión, y quizás influido por mi propio convencimiento de que uno de los grandes retos que afrontamos en los próximos años es el crecimiento de las diferencias económico-sociales, me he adentrado en una reflexión sobre las medidas de reducción de la jornada laboral y capacidad de trabajo. Si bien la diversidad y la pluralidad crecen, generadoras de mayor fuerza colectiva, no podemos esconder la tendencia polarizadora en la sociedad occidental, que también provoca recelos en el ámbito laboral y, en consecuencia, un preocupante y desgastante inmovilismo. Cada vez cuesta más la promoción y realización profesionales por parte de personas que acaban por llegar a hitos que su entorno no contempla.

Y en este gran ámbito de preocupación, la reflexión me llevaba a profundizar en la fuerza de trabajo como medida para conseguir coger este ascensor, como vía para equilibrar una sociedad a partir del esfuerzo y la voluntad. Ya hace muchas décadas que sabemos la gran mentira que hay detrás de la expresión que “el trabajo nos hará libres”; las libertades son, precisamente, las que nos tienen que llevar a ganar diversidad y pluralidad, hacer posible la inclusión y, por tanto, reducir las diferencias.

En todo caso, en esta lucha por una sociedad más justa y equilibrada, más igual, ¿seguro que el trabajo no es el parámetro necesario para hacerlo posible? No se trata de discutir si el trabajo es canal de realización personal; esta es una vertiente muy individual. Se trata de reflexionar sobre la fuerza que han tenido tanto el trabajo como la capacidad productiva, desde una vertiente colectiva, para generar una vía de creación de oportunidades. ¿Qué otro elemento ha habido en el pasado, y hay hoy, para permitir mejoras sociales y el ascensor social, aparte de las políticas que se puedan promover desde las administraciones públicas?

Se podría llegar a tener la sensación que el talento con el que nacemos y la educación marcan nuestra capacidad, y que ni el esfuerzo en el aprendizaje ni la voluntad de trabajar meritocráticamente ya no ayudarán a crear igualdad; sería un gran error. No podemos pensar en descontar, a día de hoy, lo que se nos promete en un futuro donde la inteligencia artificial nos permitirá trabajar menos de 4 días a la semana y la inteligencia emocional ya no será ninguna necesidad, ni el esfuerzo será recompensado.

¿Podemos pensar en un futuro 2050 sin un desastre ecológico, si no aplicamos en los próximos diez años medidas correctivas en la lucha por el cambio climático? ¿Podemos pensar en un 2050 sin fragilidad y debilidad del individuo, ante la eclosión de la tecnología de la inteligencia artificial, sin adoptar políticas protectoras, como se está haciendo en Europa? Y en este nivel de reflexión, ¿podemos pensar en un 2050 sin un parámetro como el trabajo que nos haga más iguales, que permita el ascensor social y ayude a reducir el creciente 'gap' o diferencias que se están generando? ¿Hay algún otro parámetro o vía con la misma capacidad motivadora y transformadora socialmente?

No se trata de si nos gusta trabajar a título individual; se trata de valorar si podemos colectivamente, como sociedad, prescindir del esfuerzo y el trabajo para crear vías de promoción y realización personales, así como de generación de inclusión y diversidad colectivas.

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