Opinión | Editorial
Editorial

Editorial

Los editoriales están elaborados por el equipo de Opinión de El Periódico y la dirección editorial

Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Un bachillerato previsible y sin recortes

La gestión de la conselleria en relación al Bachillerato ha generado incertidumbre en la comunidad educativa

Illa y la OCDE firman el pacto para remontar el nivel de la escuela catalana a cuatro años vista

Educació retrasa un año la entrada en vigor de los polémicos cambios en bachillerato científico

Imagen de archivo de estudiantes de bachillerato

Imagen de archivo de estudiantes de bachillerato / FDV

La calidad de la educación en Catalunya lleva tiempo en entredicho. Los informes PISA, que miden el conocimiento y las competencias en lectura, matemáticas y ciencias de los alumnos al finalizar la educación obligatoria, han puesto de manifiesto que el nivel de los estudiantes catalanes ha ido descendiendo hasta situarse a la cola de España. Pero esos no son los únicos informes con malas noticias. Otros, como el Estudio Internacional de Tendencias en Matemáticas y Ciencia (TIMSS, por sus siglas en inglés), que juzga los conocimientos en materias científicas o el Estudio Internacional del Progreso en Compresión Lectora (PIRLS, en inglés) centrado en la lectura, ambos realizados a alumnos de cuarto de primaria, arrojan resultados igualmente alarmantes. La administración catalana es consciente de ello y esta misma semana el presidente de la Generalitat ha firmado un acuerdo con la OCDE que tiene por objetivo la mejora del sistema educativo catalán.  

Por ello, teniendo en cuenta esta preocupación, resulta llamativa la actuación que esta misma administración está acometiendo con la enseñanza posobligatoria preuniversitaria. Primero fue la decisión de adoptar un nuevo modelo de selectividad competencial, que se debe implementar en junio y del que solo se conoce un modelo orientativo, para disgusto de los docentes y, sobre todo, de los alumnos que deberán examinarse. Y luego han venido las propuestas de cambios en el currículum de bachillerato que afectan a las horas dedicadas a las distintas materias, junto con la posible variación del peso final del 'Treball de Recerca', seña de identidad del bachillerato en Catalunya. Cambios todos ellos, según el departamento de Educació, preceptivos como consecuencia de la LOMLOE, la nueva ley de educación estatal aprobada en 2020. 

Estos cambios afectaban inicialmente a las materias de Literatura Catalana y Literatura Castellana, que debían dejar de ser materias de modalidad en segundo de bachillerato y quedarían relegadas a optativas de primer curso, un planteamiento que levantó una profunda oposición y que llevó a la conselleria a desdecirse un día después de hacer pública la propuesta. Y también atañen a las horas dedicadas a la enseñanza de asignaturas científicas, como consecuencia de la unificación de las materias de Biología y Geología y Ciencias Ambientales por un lado, y de Física y Química por otro, que reducirían a la mitad el total de horas dedicadas a ambas materias, pasando de seis a tres. Parcialmente, se buscaba compensar la pérdida por medio de la optatividad de los llamados retos de Física o de Química. Una propuesta que también ha suscitado críticas y que han provocado que la conselleria haya decidido paralizarla durante un año.  

Asumiendo que los frentes en el ámbito de la educación son muchos y las múltiples dificultades existentes en su gestión, no se puede obviar que el comportamiento del departamento de Educación en relación al Bachillerato está siendo errático y genera incertidumbre en la comunidad educativa, tanto por las incógnitas respecto al nuevo modelo de selectividad como por la indefinición de los contenidos y de las horas dedicadas a las diferentes materias, que parece que van a reducirse, una decisión cuestionable, teniendo en cuenta los malos resultados de los niveles previos de educación en Catalunya.