Opinión | El inicio de las fiestas

Agnès Marquès

Agnès Marquès

Periodista

Hasta que seamos viejos

Hay tradiciones que te hacen tan feliz que deseas que nunca se rompan, como ir al concierto de Navidad de Mishima en la sala Apolo

Imagen de archivo de un concierto de Mishima en Barcelona, en 2023.

Imagen de archivo de un concierto de Mishima en Barcelona, en 2023. / FERRAN SENDRA

Si las tradiciones tienen un problema es que romperlas es un drama. Sufres cuando lo haces porque dejas atrás una parte de ti mismo. Hay algo que ya no volverá. Que utilicemos el verbo "romper" para referirnos al cambio ya lo dice todo. Y hay tradiciones tan tuyas y que te hacen tan feliz que deseas que nunca se rompan: esto lo seguiremos haciendo hasta que seamos viejos. Como ir al concierto de Navidad de Mishima en la sala Apolo.

Esta semana, si el cuerpo nos lo hubiera permitido, habríamos ido los dos días, pero ya tenemos una edad y, además, sabemos que la magia surge cuando surge, y no se puede pretender capturarla. A esta edad, las noches que te dicen algo son de vez en cuando. Y salen todos al escenario: David, Xavi, Dani y Alfons, saludándonos como viejos conocidos. Falta Marc, quizá no se encuentra bien. Desde la sala, todos lo echamos de menos.

El concierto comienza, y nos entregamos porque hemos cantado estas canciones por dentro durante los últimos 12 meses en los que nos ha pasado de todo. A nuestro lado, mirando al escenario, otros viejos conocidos recorriendo sus cicatrices con las letras. Abrazos, ¿cómo estás? Me gustan tus artículos, pero querría más verdad. ¡La verdad! ¿Eso que encuentran los espías con Pegasus en los teléfonos? Sin filtros, accediendo a todo, esa memoria externa protegida con reconocimiento facial donde está absolutamente todo: los últimos mensajes, la duración de las llamadas, la música que escuchas, la que compartes, el dinero que tienes o no tienes, las últimas búsquedas en el navegador. A los miedos, quizás, se referían. ¿Quién se expondría así en un artículo? Si hiciéramos canciones, todavía.

Por eso vamos a escuchar a Mishima en su concierto de Navidad. Es el pistoletazo de salida de las fiestas, que te hacen gracia por cómo las viven los niños. Su ilusión, que se contagia. Y porque comeremos bien y reiremos. Este año, el de la revolución de las madres que se han puesto de acuerdo para decir basta, hartas de la carga mental que supone, empezaremos una nueva tradición hasta que seamos viejos.