Opinión | NADA ES LO QUE PARECE

Albert Sáez

Albert Sáez

Director de EL PERIÓDICO

La legislatura catalana arranca mañana

Oriol Junqueras i Xavier Godàs, ahir després del debat a ERC. | MARC PUIG

Oriol Junqueras i Xavier Godàs, ahir després del debat a ERC. | MARC PUIG

Los tres primeros meses de Salvador Illa al frente de la presidencia de la Generalitat han sido plácidos. El líder del PSC sabía lo que quería y lo ha hecho: acelerar la normalización institucional y gobernar para todos, como dice su eslogan publicitario. Y, seguramente, a todo el mundo le parecía bien. Con lo que, en la práctica, este ha sido un gobierno sin oposición. Y tampoco la ha buscado. Junts ya acabó su congreso hace unas semanas y su rumbo parece claro: poner en valor sus votos en el Congreso y asegurar la aplicación de la amnistía para Carles Puigdemont. Catalunya, por ahora, queda en un segundo plano aunque se pasen el día vociferando sobre la descatalinización de la Generalitat, un clásico de sus temporadas en la oposición y los últimos coletazos de su habitual “Catalunya soy yo”. Esquerra acaba hoy su congreso en el que no ha habido debate estratégico sino personal. En el tramo final, la lucha por los votos del grupúsculo de Alfred Bosch ha llevado a Oriol Junqueras y a Xavier Godàs a meterse en la boca del lobo y cuestionar el acuerdo de investidura con el PSC. No era el planteamiento inicial en ninguno de los dos casos. Por razones distintas, la vida inteligente en Esquerra sabe que lo que el partido necesita es reconstruirse tras la etapa de mayor acumulación de poder desde la Segunda República. Y las herramientas que tiene para hacerlo pasan por la utilidad de sus electos, sea en los ayuntamientos, en las diputaciones, en el Parlament o en el Congreso. Y aquí la cosa requiere establecer pactos con el PSC, no como opción estratégica sino por un simple principio de realidad. Junts sigue fuera de la política institucional y con ellos no suman mayorías en casi ninguna parte. En eso coincide tanto el grupo de Junqueras que sueña con sustituir al PSC como el de Godàs que aspira a dejar de ser un partido atràpalo todo y coquetea con la idea de arañar votantes a los Comuns, sin Colau, y a la CUP, sin liderazgo. A Illa se le acaba el período de gracia pero no hay gobierno sin oposición. 

Suscríbete para seguir leyendo