
Presidente del grupo del PSC en el Parlament. Secretario de Área de Mejora del Autogobierno y Acción Federal del PSC

Ferran Pedret
Ferran PedretPresidente del grupo del PSC en el Parlament. Secretario de Área de Mejora del Autogobierno y Acción Federal del PSC
Presidente del grupo del PSC en el Parlament. Secretario de Área de Mejora del Autogobierno y Acción Federal del PSC
El futuro es federal
La España federal que propugna el conjunto del socialismo español desde la Declaración de Granada de 2013 forma parte ya del núcleo más esencial de sus convicciones y de su propuesta política

Pedro Sánchez preside la primera reunión de la nueva ejecutiva del PSOE aprobada en el 41 congreso federal celebrado en Sevilla. / José Luis Roca
"España es un país diverso y plurinacional que requiere de un modelo territorial descentralizado y plural para sacar lo mejor de sí mismo". Así arrancan las nueve páginas de la resolución aprobada en Sevilla por el 41º Congreso Federal del PSOE, en las que se sintetiza la apuesta socialista por ahondar en el proceso de federalización del Estado.
El texto reivindica el federalismo frente a quienes lo presentan, deformado, como un factor de disgregación. Federar no es separar, sino que es unir en la diversidad. Es autogobierno y gobierno compartido. Da voz y capacidad de decisión a las partes en la formación de la voluntad común. Hace compatible la cohesión social y territorial con el respeto al carácter plural de una comunidad política.
La España federal que propugna el conjunto del socialismo español desde la Declaración de Granada de 2013 en sus sucesivos programas electorales y en sus ponencias congresuales, no se presenta tan sólo como una alternativa a las pulsiones centralistas de la derecha y la extrema derecha española, o al independentismo, sino que forma parte ya del núcleo más esencial de sus convicciones y de su propuesta política al conjunto de la ciudadanía.
En la ponencia, en las enmiendas y en el debate entre las delegadas y los delegados, destacaba la defensa de los valores propios del federalismo junto con el debate sobre sus aplicaciones prácticas en nuestro contexto y en el contexto europeo.
En resumen, el reciente congreso del PSOE, dando continuidad a lo que viene diciendo desde el 39º Congreso Federal (2017), aboga por más federalismo, autogobierno y cogobierno. El socialismo propone avanzar hacia la federalización del Estado mejorando los mecanismos de cooperación vertical y horizontal; definiendo formalmente la Conferencia de Presidentes como órgano director de las actuaciones de cogobernanza; creando nuevas vías para la participación de las comunidades autónomas y las ciudades autónomas en asuntos estatales de su interés; reforzando las comisiones bilaterales como órgano de resolución de desacuerdos y el papel del Consejo de Política Fiscal y Financiera para favorecer la participación en el mismo de las Entidades Locales. También figura la vieja aspiración de reformar el Senado y convertirlo en una Cámara de representación territorial. Al mismo tiempo, se defiende la transferencia de competencias a aquellos gobiernos autonómicos que lo soliciten y la actualización de los Estatutos de Autonomía pendientes de reformar. El documento preconiza una política de fomento del plurilingüismo, mediante la protección, el estudio y el uso de las lenguas cooficiales, dentro y fuera del territorio. El socialismo promueve también un impulso del municipalismo, con lógica federal, incardinado en el proceso de federalización de España que viene defendiendo.
En la propuesta de corte federal que surge del reciente congreso socialista, no es baladí la referencia a la Declaración de Granada, punto de encuentro y piedra de toque del proyecto federal del socialismo español.
En dicho documento encontramos un primer diagnóstico compartido respecto a uno de los debates que había generado expectativas alrededor del 41º Congreso Federal del PSOE, el relativo a la reforma del modelo de financiación autonómica. Se abogaba en la Declaración de Granada por reformar el modelo de financiación autonómica, tomando como referencia el modelo alemán, y se mencionaba una referencia de la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán, en la que se leía que la contribución interterritorial no debería provocar una “peor condición relativa de quien contribuye respecto a quien se beneficia”.
Lo aprobado en Sevilla respecto a la financiación autonómica, como lo aprobado en Granada antes, es un encomiable ejercicio para establecer un diagnóstico común y unos principios compartidos por el conjunto del socialismo español. Quien esperase conocer la fórmula detallada del acuerdo al que inexorablemente se llegará para reformar un sistema de financiación a todas luces obsoleto, tenía unas expectativas poco realistas. Quien esperase una lucha fratricida, habrá quedado decepcionado. Algunos, de hecho, a duras penas logran ocultar su frustración.
El congreso de Sevilla se cierra con el acuerdo del conjunto del socialismo español para lograr un sistema de financiación autonómica que sea más justo y sostenible, que incremente los recursos disponibles para todas las comunidades autónomas, profundizando en su autogobierno, que mejore la corresponsabilidad fiscal, que luche contra el dumping y garantice la solidaridad, y resuelva mejor la cuestión de las singularidades territoriales, con el objetivo de conseguir que los ciudadanos residentes en distintas comunidades autónomas tengan acceso al mismo nivel de servicios públicos. También existe acuerdo, entre otras cuestiones, respecto a la necesidad de negociar un alivio con criterios homogéneos y equitativos de la deuda pública de las comunidades autónomas generada durante la crisis financiera; de federalizar la dirección de la AEAT para dar más capacidad de decisión a las comunidades autónomas y desplegar una estrategia en red de las haciendas autonómicas. Por lo que se refiere a cómo llegar a un acuerdo sobre el nuevo modelo, el socialismo constata que habrá que conjugar el diálogo multilateral con el bilateral. A todo lo dicho se acompaña el clamor por una reforma del sistema de financiación local, y se concluye que el objetivo compartido es un modelo de financiación federal.
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