Opinión | Amenazas a la UE

Rafael Vilasanjuan

Lo que vale Europa

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, se dirige al Parlamento Europeo.

La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, se dirige al Parlamento Europeo. / Zhao Dingz EUROPA PRESS

Se abre una nueva etapa en la UE y nos toca pensar qué queremos ser. Nunca como ahora la lista de amenazas al viejo continente había sido tan larga. Nuestra seguridad está comprometida en Ucrania sin que se intuya final. Nuestra política exterior es irrelevante para intentar frenar la escalada bélica en Oriente Medio, con un nuevo foco en Siria donde no se cerró la guerra. Y no todo viene de fuera, nuestra democracia está amenazada por el ascenso de movimientos ultranacionalistas, algunos abiertamente pro-rusos, como apunta el voto en Rumania, pendientes de saber si un juzgado puede anular la primera vuelta por fraude.

Nuestro espacio libre de fronteras, como estipulaba el acuerdo de Schengen, está roto por el temor del norte a la llegada de inmigrantes desde los países mediterráneos y nuestra economía tiembla con las medidas arancelarias que podrían abrir una guerra comercial cerrándonos mercados donde hasta ahora competía lo mejor de nuestros productos. Lo peor de todo esto es que además estamos solos. Con la Casa Blanca en manos de Trump, la alianza atlántica es poco más que una ilusión del pasado. No podemos contar con él y el multilateralismo, además, por el que siempre hemos apostado, está en horas bajas porque todos los países grandes, desde la India de Narendra Modi o la China de Xi Jinping, al nuevo gabinete americano están en el “nosotros primero”.

¿Podemos seguir confiando en un espacio seguro, de libertades sólidas y una economía avanzada? Ninguno de los retos globales, desde las crisis económicas a las pandemias, desde el cambio climático a las migraciones tienen solución en un mundo unilateral.

La UE entra en una nueva etapa, con nueva comisión. La responsabilidad que le corresponde no es menor. Habrá que defenderse, sí, pero también poner en valor una forma de entender el mundo muy alejada del autoritarismo que viene. La UE se construyó sobre la base de unos valores de paz y cooperación entre países diferentes. Aunque sea como trinchera es hora de defender lo que vale Europa, dentro y fuera.