¿Hacia dónde llevan ustedes (los lectores) las noticias?

El periodismo aristocrático está de malhumor, hasta el punto de enviar a la hoguera de la desinformación a todo aquel que pone al descubierto sus prácticas matonas, al más puro estilo de su criticado Pablo Motos. En EL PERIÓDICO, y en los medios de Prensa Ibérica, somos más de escuchar a los lectores, no para darles alocadamente la razón como hacen los 'influencers', sino para conversar con ellos. En la era digital, el periodismo acentúa su vertiente de conversación, que ha tenido siempre, en detrimento de los sermones adoctrinadores propios de la cultura de masas del siglo XX. Quien no lo entienda está condenado a la pataleta.

Cada día, procesamos los datos sobre el comportamiento de nuestras audiencias para afinar y mejorar nuestras apuestas informativas. Esta escucha sostenida en el tiempo es mucho más reveladora de las preocupaciones sociales que los picos puntuales de los 'trending topics'. Desde hace tres años, las analizamos también en el periodo de un año y el fruto es el Estudio de Tendencias Informativas que elabora Prensa Ibérica, en 2024 en colaboración con la consultora LLYC. Del análisis del consumo en los diarios y de las conversaciones en las redes sociales se concluye que, entre julio de 2023 y junio de 2024, los lectores hablaron preferentemente de bienestar y progreso, cultura y deporte, impulso económico, conflictos bélicos, sostenibilidad ambiental y turismo. Los hombres incidieron más en temas deportivos, políticos y bélicos mientras que las mujeres en educación, cultura y salud. El análisis recoge muchos más datos, pero hay uno muy indicativo del momento presente que señala Joan Cañete, uno de los autores: la polarización es global y los consensos son locales. Quiere decir que el vector ideológico es dominante en la conversación sobre aquellos temas de los que los ciudadanos no tienen una experiencia personal, mientras que en lo que les afecta directamente, buscan consensos. Esta debe ser, sin duda, una de las razones por las que se impone el periodismo local a los mal llamados medios “nacionales”. 

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