Opinión | 60º aniversario

Andreu Claret

Andreu Claret

Periodista y escritor. Miembro del Comité editorial de EL PERIÓDICO

No borren la historia de CCOO

 Ser de Comisiones Obreras le podía costar a uno la libertad, y a Manuel Fernández Márquez le costó la vida. ¿Qué necesidad hay de amputar la verdad? 

Barcelona Iberia cancela 444 vuelos en Reyes por la huelga de los trabajadores. Vaga en el aeropuerto Terminal T1. Concentración convocada por CCOO y UGT. El 5 de enero de 2024.

Barcelona Iberia cancela 444 vuelos en Reyes por la huelga de los trabajadores. Vaga en el aeropuerto Terminal T1. Concentración convocada por CCOO y UGT. El 5 de enero de 2024. / JORDI OTIX

Desde Tucídides hasta Stalin, la historia ha padecido el furor de quienes se han empeñado en reescribirla. Tucídides lo hizo con las guerras del Peloponeso. Obsesionado por Trotski, Stalin lo borró literalmente de las fotos de la Revolución rusa. Algo parecido ocurre entre nosotros, con una tendencia pujante a reescribir la historia del franquismo y la Transición. Todo es más sutil, nadie manipula negativos, y es posible incluso que la intervención a veces no sea deliberada, pero se da. La polémica surgió recientemente con la película ‘El 47’ dirigida por Marcel Barrena que narra magistralmente la determinación de Manuel Vital, un vecino de Torre Baró, de hacer llegar el autobús municipal que conducía hasta a su barrio. El film es extraordinario, emotivo, pero no menciona en ningún momento la filiación sindical y política de Vital. No soy de los que creen que una película deba servir para la propaganda o la pedagogía. Sin embargo, existen recursos sutiles para recordar mejor el contexto. Uno de cada cuatro vecinos de Torre Baró votó al PSUC (partido en el que militaba Vital) en las primeras elecciones. En algo debió de influir esta circunstancia en lo que ocurrió, como tampoco debió de ser ajena a la gesta la afiliación de Vital a Comisiones Obreras, que tampoco menciona la película. 

La Manifesta, otro acontecimiento cultural de relieve ha vuelto a sugerir esta tendencia a pasarle el cepillo a la historia, para que encaje mejor en el pensamiento dominante. Me refiero a la exposición donde se relata la lucha de los obreros de lo que entonces era la Térmica del Besòs y sus familias para conseguir mejoras salariales y reducir el impacto de la fábrica en el aire de los barrios colindantes. Uno de los paneles está dedicado a la muerte de Manuel Fernández Márquez, obrero de la central que cayó abatido por la policía por pedir una jornada de 40 horas semanales y aumento de sueldo. La historia trágica de su muerte –que cubrí como periodista– está bien contada, nada hay que objetar, pero el mismo soplo liviano ha vuelto a llevarse casi del todo, de las fotos y los carteles, la condición de militante de Comisiones Obreras que tenía Márquez. 

Hoy se cumplen 60 años de la fundación de CCOO en Catalunya. Yo era entonces un adolescente, pero por cosas de la vida un amigo me llevó a la parroquia de Sant Medir, donde tenía lugar la asamblea constitutiva, clandestina, por supuesto. Para un estudiante como yo, nada indicaba que existiera semejante movida entre trabajadores de algunas fábricas, en aquella Barcelona mortecina del 1964. Me produjo un impacto imborrable y un canguelo inesperado porque eran tiempos difíciles. Manuel Vázquez Montalbán acababa de salir de la cárcel por cantar 'Asturias patria querida', y a Jordi Pujol, enchironado por cantar el 'Virolai', le habían indultado algo antes. Ser de CCOO le podía costar a uno la libertad. A Márquez le costó la vida. Esta es la verdad completa. ¿Qué necesidad hay de amputarla? A menos que se pretenda reescribir la historia de Catalunya.

Suscríbete para seguir leyendo