El matrimonio Buenafuente-Abril se desmelena

No hay cosa que moleste más cuando uno va al teatro, al Liceu o al Palau de la Música que escuchar un concierto de gente tosiendo y que este sea tanto o más sonoro que el de los propios artistas o solistas. El martes, en el estreno de El Tenoriu, que interpretan de forma magistral el matrimonio Andreu Buenafuente y Silvia Abril, además de Anna Bertran, David Olivares, Roger Julià y Toni González Lillo, asistieron muchos colegas de profesión. Desde Joan Gràcia a Josep Maria Pou pasando por Berto Romero, Octavi Pujades o Mireia Portas. Esta última, por cierto, está estos días interpretando en el Borràs la obra de Jordi Galceran, ‘Trauma Rural’, que dirige Sergi Belbel. Les contaba lo de la tos porque Pou, que el próximo martes cumplirá 80 años, lo tenía sentado justo en el asiento de detrás mío y eso me hizo descubrir que, además de ser uno de los mejores sobre el escenario, también lo es en la platea. Tosió dos veces, pero con discreción y aprovechando esas décimas existentes entre acto y acto. El actor que sabía toser sería un buen nombre para una novela que deberían leer todos aquellos que salen de casa resfriados.

De cualquier manera, no hay nada como reír y en el Poliorama se rió de lo lindo. Lo hizo con elegancia el propio Pou mientras se lo pasaban a lo grande Joan Lluís Bozzo y José Corbacho, que lucía uno de sus habituales sombreros, o el periodista Josep Maria Ureta, el banquero Joan Verdaguer y el productor Quique Camín. A su vez, las carcajadas de la modelo Vanesa Lorenzo aireaban las melenas de su pareja, Carles Puyol, justo en la misma fila de Martina Klein.

Sorprendentemente, el más serio de todos los presentes fue uno de los actores que más nos ha hecho reír estos últimos años. Me refiero a Carles Sans. Eso sí, su gesto sobrio estaba justificado. Entre otras cosas, Sans también es el director de esta magnífica obra. Así que observaba y escuchaba con atención cada gesto y palabra de sus intérpretes. De cualquier manera, no debe inquietarse en exceso. El resultado final de su Tenoriu es brillante, divertido e ingenioso. Eso sí, tendrá que controlar a Andreu y a Silvia porque, en alguna escena, dan rienda suelta a sus deseos sexuales…

En fin, que es una verdadera pena que ya estén todas las entradas vendidas hasta el último día. Dicho esto, me chivan que no descartan repetir. Si lo hacen, volveré.

Del Grand Central al cielo

Desconozco donde acabó la noche del estreno el matrimonio Buenafuente-Abril, pero podrían haberlo hecho tranquilamente en el renovado Grand Hotel Central. Se trata de uno de los hoteles más espectaculares de la ciudad que, en su día, años 20, en el ático, el político y mecenas Francesc Cambó ubicó su vivienda. Fue ya entonces el edificio más alto de la Via Laietana y el primero en tener ascensor. Ahora, en la planta octava, se puede tocar el cielo desde una espectacular piscina o visitar la histórica biblioteca del propio Cambó. Pues sí, este jueves hubo reinauguración para mostrar toda su historia. Fue una fiesta 'vintage' donde, solo entrar, uno se dio de bruces con un tipo tan alto como simpático. Me refiero al director general del Consorcio de Turismo de Barcelona, Mateu Hernández. Lo vi hablando con Dario Filippone, del fondo que compró el hotel por 93 millones a la cadena de Pau Guardans y que ya están encantados con esa operación realizada hace un año.

Fue una fiesta 'vintage' con mucha vestimenta de época y donde no faltaron Ramon Agenjo de DAMM, el fundador de Lagranja Design Gerard Sanmartí, Pablo Juncadella de Mucho, Bruno Figueras de hoteles Habitat, Lluís Roig de hoteles Pulitzer o el director general de Prensa Ibérica, Sergi Guillot. Estaban estupendas la periodista, presentadora y fundadora y CEO de la Agencia TheCreative Bibiana Ballbé, y la directora de Proyectos Estratégicos del Consorcio de Turismo de Barcelona, Anna Marqués. Y tampoco se lo perdieron el diseñador Josep Abril, Gina Ventós de la Fundación Ventós, la influencer Xuan Lan y la artista Anna Rierola, que está preparando una muy grande para estas navidades en la Torre Glòries… Pues sí, un hotelazo en una avenida que, cuando esté terminada, se convertirá en una de las arterias principales de la ciudad. 

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