Opinión | Apunte

Agustí Sala

Agustí Sala

Redactor jefe de Economía

Catalunya, el retorno

El nuevo presidente de la Generalitat, Salvador Illa, pasando formalmente la responsabilidad de Empresa i Treball a Miquel Sàmper

El nuevo presidente de la Generalitat, Salvador Illa, pasando formalmente la responsabilidad de Empresa i Treball a Miquel Sàmper / ZOWY VOETEN

La pregunta es recurrente en el mundo empresarial. Unos lo plantean aún como duda y otros ya como afirmación: Catalunya parece que ha regresado. Es la sensación que tienen muchos desde que en agosto pasado Salvador Illa se hizo cargo de las riendas de la Generalitat.

Uno de sus retos, al margen de políticas cotidianas e imprescindibles como impulsar la vivienda púbica o las energías renovables, dos asignaturas pendientes que esta comunidad suspende desde hace años, el 'president' se ha propuesto lograr un bien muy preciado para que un territorio crezca: la normalidad. Y es que aunque sea algo que se da por supuesto, en Catalunya no era lo que predominaba durante la pasada década.

Illa, un defensor de la transversalidad; está dando pasos en esta línea y es el encargo que tienen también sus 'consellers' y conselleres', entre ellos el titular de Empresa, Miquel Sàmper, con una agenda repleta de encuentros con empresarios y sindicatos. El objetivo, dado que la realidad no es solo la que es o se ve a simple vista sino la que se desprende de cómo a uno le ven o le perciben, es que cuaje la imagen de que Catalunya vuelve a ser un territorio fiable, con estabilidad jurídica y en el que se puede invertir. Todo ello gira en torno a dos premisas: este Govern no piensa demonizar a las empresas, más bien al contrario. Y a su vez es un Ejecutivo que cree firmemente en la colaboración público privada porque la suma de ambas partes amplía las posibilidades de crecer.

Y dentro de esta estrategia encaminada a que Catalunya recobre el liderazgo económico en España como pregonan Illa o su 'consellera' de Economia, Alícia Romero, más que volcarse en atraer sedes de compañías que se mudaron con el referéndum del 1-O, busca propiciar un entorno atractivo para que las empresas sitúen este territorio en cabeza de sus opciones para invertir. En esencia se trata de demostrar que el 'procés', aunque algunas fuerzas políticas tratan periódicamente de desempolvarlo, ya ha finalizado y que Catalunya, tras una era de simbolismo, regresa a la vía del pragmatismo.

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