Junts, en el carril central
El partido de Puigdemont tiene dos objetivos fijados, la combinación de los cuales no es fácil: relanzar al movimiento independentista y, al mismo tiempo, hacer oposición en los márgenes autonómicos
Puigdemont pasa página del 1-O y ordena Junts para recuperar poder desde la centralidad
¿Quién es quién en la nueva dirección de Junts capitaneada por Puigdemont?

La candidatura la dirección de Junts per Catalunya liderada por Carles Puigdemont y Jordi Turull
A diferencia de otras opciones políticas, que viven un tiempo de mucha turbulencia interna, el congreso de Junts ha sido una balsa de aceite. Nada que ver con la guerra cainita dentro de ERC (fenómeno usual en la historia del partido), ni tampoco con el estado de implosión que vive Sumar, herido por la quiebra persistente de Yolanda Díaz y el demoledor caso Errejón. De hecho, respecto a este ámbito, todo el mundo político surgido del 15M sufre un terremoto, las consecuencias del cual son difíciles de pronosticar. ¿Desaparecerá Sumar, fulminada por la tormenta perfecta que está sufriendo? ¿Se reorientarán los restos hacia nuevas opciones, o se refundirán las viejas alianzas, ahora que Izquierda Unida se refuerza con el liderazgo de Antonio Maíllo y Podemos parece resurgir de sus cenizas? Sea como sea, todo este mundo está más fragmentado que nunca, y la primera víctima será el PSOE, que verá cómo se le complican todavía más los Presupuestos, con Sumar, Podemos e IU necesitados de marcar territorio. Si añadimos el convulso momento del propio PSOE, con barones territoriales confrontándose permanentemente con Sánchez, todo el cuadro de las izquierdas sufre una convulsión considerable.
En el espacio central, en cambio, allí donde se sitúa el espectro ideológico de Junts, las aguas están más calmadas. De hecho, esta es la primera conclusión del congreso del fin de semana: el retorno al carril central ideológico, donde históricamente se había situado Convergència. En realidad, esta es la apuesta que Junts ha seguido en el Congreso de Diputados, donde, entre la bancada de derechas y la bancada de izquierdas, hay un espacio central que ocupan cómodamente el PNV y Junts. Pero aquello, que ya era una práctica de facto, ha cuajado como una auténtica opción de futuro en este congreso, donde se han tomado tres decisiones importantes. La primera, el retorno de Carles Puigdemont a la presidencia del partido, de donde nunca se había marchado, por mucho que durante un tiempo transitorio recayera en Laura Borràs. A pesar de que Puigdemont no ejercía ningún cargo dentro del partido, es indiscutible que ha tenido el liderazgo en todos los asuntos relevantes, perfectamente complementado por la autoridad interna de Turull, con quien ha hecho un tándem muy eficaz. Puigdemont es el líder de una amplia mayoría del movimiento independentista, y ahora es oficialmente el presidente de Junts, en una bicefalia que puede ser la clave del resurgimiento del independentismo.
Más allá de la presidencia de Junts, la segunda decisión, igualmente clave: la ordenación interna del partido, con cambios relevantes y significativos de algunos de sus cuadros. Por un lado, nuevos rostros en la ejecutiva, con una Míriam Nogueras en pleno ascenso y un Antoni Castellà que adquiere mucha relevancia. Del otro, el mantenimiento de valores sólidos, como Jaume Giró, Gemma Geis o Victòria Alsina. Y de final, el relevo de Laura Borràs (y su entorno), que pasará a ser un tipo de líder emérita con la presidencia de la fundación. Cohesionado y ordenado el partido, y con un liderazgo indiscutible, Junts se prepara para el asalto al espacio central del país. En la cuestión nacional, inequívocamente independentista, defensor de la identidad y cultura catalanas y preparado para hacer frente al Govern llla y reformular todo el movimiento. En la cuestión ideológica, alejado de tentaciones de izquierdas dogmáticas, al estilo ERC-Comuns, y regresado a las posiciones de defensa de la mediana empresa, la ordenación racional de la inmigración, la economía productiva y la priorización de los intereses estratégicos catalanes. De hecho, en esta dirección, por ejemplo, Junts ha tumbado el 'impuestazo' a las energéticas, que hacía peligrar inversiones millonarias en las comarcas del Camp de Tarragona. Y es en este mismo sentido que plantea las líneas rojas para poder votar los Presupuestos: cumplimiento de las inversiones, financiación y la cuestión del catalán.
Congreso, pues, para la consolidación de Junts como partido, con dos objetivos fijados, la combinación de los cuales no es fácil: relanzar el movimiento independentista y, al mismo tiempo, hacer oposición en los márgenes autonómicos, para sacar de la hegemonía de poder al PSC, que, gracias a los años de represión, ha conseguido dominar todas las instituciones catalanas. Centrista, pues, y a la vez independentista; movimiento y partido; pacto y ruptura... Es decir, un Scottish National Party a la catalana.
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