Opinión | LA PALABRA DE LOS NÚMEROS

José Carlos Díez

José Carlos Díez

Profesor de Economía de la Universidad de Alcalá.

Informe Draghi con energía

Goldman Sachs anticipa una caída del coste de kilovatio de baterías de acumulación del 50% los próximos dos años y ya serán rentables

Subestación eléctrica de la planta nuclear de Zaporiyia

Subestación eléctrica de la planta nuclear de Zaporiyia / MINISTERIO DE ENERGÍA DE RUSIA

El informe de Mario Draghi advirtiendo de los problemas de competitividad europea coincide con una grave crisis en el sector del automóvil, principal pilar industrial sobre todo en los cuatro grandes países: Alemania, Francia, Italia y España. Uno de los problemas de competitividad frente a China y EEUU de nuestras empresas son los costes energéticos, agravados por el cierre de los gaseoductos rusos desde la Guerra de Ucrania y por errores políticos como el cierre de las centrales nucleares en Alemania.

La Comisión Europea ha anunciado que defenderá en la próxima Cumbre del Clima el uso de la energía nuclear como estrategia de descarbonización y reducción de emisiones para mitigar el cambio climático. Francia genera el 75% de la electricidad con energía nuclear y necesita mucho más tiempo para su transición climática con renovables, ya que reducir la energía nuclear supondría aumentar el consumo gas y más emisiones contaminantes para acelerar el cambio climático. El problema de Europa en la transición energética es que está dominada por los relatos políticos, muchos de ellos sin bases científicas y económicas.

La nueva Comisaria que va a defender esa posición en la Cumbre del Clima es la española Teresa Ribera que ha liderado el lobby antinuclear en España desde hace años y ha hecho todo lo posible siendo ministra para cerrarlas. En su comparecencia en el Parlamento Europeo para proponerse como Comisaria ya fue grouchomarxista defendiendo la continuidad de la energía nuclear para evitar que Francia la vetara para formar parte del colegio de Comisarios.

En Cataluña y la Comunidad Valenciana casi la mitad de la electricidad que consumen se genera con nuclear y Extremadura y Castilla la Mancha que son dos de las regiones lideres en renovables de toda Europa también generan mucha energía nuclear. Las nuevas centrales nucleares son caras, no son competitivas con las renovables, necesitan el aval público para su construcción y su vida útil y el coste de sus residuos tiende a infinito por lo que no tiene ningún sentido económico hacer nuevas nucleares en España, con las mejores condiciones de sol y viento de Europea. Pero cerrar las nucleares sin tener la capacidad de almacenamiento resuelta supondría aumentar el consumo gas, el coste de nuestra energía, perdida de competitividad para nuestra industria, mayor dependencia de Oriente Medio que es el punto de mayor tensión geopolítica del planeta y aumentar las emisiones contaminantes e intensificar el cambio climático.

Goldman Sachs anticipa una caída del coste de kilovatio de baterías de acumulación del 50% los próximos dos años y ya serán rentables. En España además están en marcha muchas centrales hidráulicas con doble bombeo que funcionan como megabaterias de acumulación. Lo que tiene que hacer el nuevo ministro de energía es aprobar cuanto antes una regulación de uso de acumulación que elimine la inseguridad jurídica que deja Teresa Ribera. Hay mucha inversión embalsada esperando y cuando estén instaladas las baterías será el mercado el que decida cerrar las centrales nucleares por coste, como ha sucedido con el carbón y gradualmente con el gas.

Para mejorar la competitividad, el empleo, los salarios y reducir el avance de la extrema derecha y el populismo Europa necesita más racionalidad económica y científica en su estrategia y menos relatos y asesores de comunicación política.