Opinión | Elecciones en EEUU
Salvador Martí Puig

Salvador Martí Puig

Catedrático de Ciencia Política de la Universitat de Girona

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Texas: el trumpismo orgulloso

Parece razonable que las últimas encuestas den una ventaja electoral de 7 puntos a favor del republicano en el estado tejano

Trump carga contra la inmigración ilegal durante su mitin electoral en California

El candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, saluda a miembros de la Guardia Nacional en la frontera entre Estados Unidos y México, el 29 de febrero de 2024, en Eagle Pass, Texas.

El candidato presidencial republicano, el expresidente Donald Trump, saluda a miembros de la Guardia Nacional en la frontera entre Estados Unidos y México, el 29 de febrero de 2024, en Eagle Pass, Texas. / AP / Eric Gay

No toda la base social de Trump está orgullosa de su condición. Muchos de sus votantes del 'Rust Belt', en el noroeste, y del 'Bible Belt', en el sur y medio oeste, son -en gran medida- votantes dolientes. Los primeros por ser las víctimas agonizantes de la deslocalización industrial y los segundos por presagiar con pánico un futuro donde el relativismo moral puede ser la norma. La mayoría trumpista de Texas, sin embargo, es otra cosa. Muchos de los habitantes del 'The Lone Star State' no solo están orgullosos de su condición, sino que sacan pecho de un proyecto (el de 'Make America Great Again') del que creen ser la punta de lanza.

Eso es así por una conjunción de razones de diferente naturaleza. La primera es geográfica, ya que el segundo estado más grande, poblado y rico de la Unión (después de California), es también el que más kilómetros de frontera tiene con el vecino mexicano: unos 2.000. En este sentido, muchos habitantes de dicho estado, espoleados por una propaganda racista, creen que las políticas de 'mano dura' contra la migración y la construcción definitiva del muro (que prometió Trump) son la solución. La segunda es de naturaleza económica, y se relaciona con la base del mismo milagro económico tejano, a saber, la creciente industria los combustibles fósiles (petróleo y gas) que tanto defiende Trump y que, por el contrario, los candidatos del Partido Demócrata dicen querer regular enarbolando la bandera de la lucha contra el calentamiento global. A estos dos elementos duros (la geografía y la economía) cabe añadir dos de carácter simbólico: el conservadurismo vaquero del 'self made man' (que no quiere trabas burocráticas y adora empuñar armas), y un imaginario casi patriótico de autonomía política respecto de Washington y sus políticos. Cabe recordar, en este último sentido, que Lance Armstrong, uno de los deportistas (otrora) más famosos de la entidad, a menudo celebraba sus victorias sobre la bicicleta ondeando la bandera de la estrella solitaria, y no la norteamericana.

De lo expuesto parece razonable que las últimas encuestas den una ventaja electoral de 7 puntos a favor de Trump, y por lo tanto los 40 delegados presidenciales en juego se tiñan de rojo.  

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