Error del sistema Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Sol, pan y muerte
El discurso ultra de Vox es el vivo ejemplo de la incongruencia: aboga por el cierre de fronteras, promete la expulsión de migrantes y, a la vez, es el único partido que no aprueba la ley de Cooperación Internacional

Niños áfrica
Los termómetros se elevan burlándose de la soberbia de la ignorancia. Hoy, negar el cambio climático solo obedece a una cuestión de fe. Ha querido la casualidad informativa que dos noticias se hayan solapado estos días: los ataques de Rusia a los silos ucranianos y los 51,3º C. alcanzados en el norte de Argelia. La crueldad de Putin dinamitando el pacto para que Ucrania siga exportando grano y la furia del calentamiento global.
La escasez de trigo juega en el campo de la geopolítica y amenaza con convertirse en hambrunas en África, en los mismos países azotados por temperaturas extremas, prácticamente intolerables para la vida. Ese es el horizonte al que se enfrentan millones de personas. De cuando en cuando, se cuelan en nuestros informativos imágenes de la agonía y de la muerte. De los que se quedan en territorios asolados y de los que tratan de escapar. Cómo Lilia, la bebé argelina de ocho meses. El mar ha devuelto ahora su cuerpo en Tarragona. La zodiac en la que viajaba se hundió en Denia, hace cuatro meses. Sus padres querían darle una vida mejor. Los tres murieron.
Nos conmueve esa noticia. Del mismo modo que el discurso de la ultraderecha agita las emociones. El temor, y el odio como consecuencia. Una política absolutamente cerrada a la inmigración solo puede llevarse a cabo si asumimos convertirnos en un estado criminal, imperturbable al dolor ajeno, impasible ante los cadáveres que lleguen a las costas. Quizá estemos tentados de asumir definitivamente el papel de verdugos, pero negar los derechos humanos de forma sistemática a un colectivo acaba por laminar los de toda la sociedad. El odio siempre encuentra nuevas presas.
Quién huye de un incendio con su hijo en brazos solo piensa en salvarse. Hay millones de personas en esa situación. En general, la población que menos contribuido a la crisis climática. Abordar la emergencia y desarrollar estrategias de protección no es buenismo (ese marco de la derecha que amenaza con generalizarse), es puro sentido común, responsabilidad y defensa de la vida y los derechos humanos. El discurso ultra de Vox es el vivo ejemplo de la incongruencia: aboga por el cierre de fronteras, promete la expulsión de migrantes y, a la vez, es el único partido que no aprueba la ley de Cooperación Internacional. ¿Qué solución ofrece? ¿La aniquilación de millones de personas? La migración va a marcar la agenda política de los próximos años de un modo determinante, urgente. Nuestra posición en ella condicionará también nuestras vidas. Nuestra paz y nuestra libertad.
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