Cita con las urnas Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos
Un voto es una escalera de incendios
Respetaremos al resto, pero algunas votaremos para que no quede bajo cenizas todo lo conseguido

Un grupo de sufragistas británicas, en una de sus protestas.
La noche del debate electoral una persona aprovechó el tirón de unos de mis tuits para que votara nulo, como petición de algunas feministas. Respondí que conmigo no contaran. Pero repitió su gesto tres veces. Bloqueé porque no tolero el vacileo ni la mala educación. A partir de ahí, recibí mensajes de "traidora", "mercenaria" o "vendida".
Entretodos
Una seguidora me escribió que quería votar pero sentía que iba a traicionar al feminismo, ante lo que leía. Cada persona es libre de su voto. Y lamento que otras no hayamos recibido el mismo respeto que hemos dado, sin cuestionar de entrada. Yo solo le dije que el feminismo no es religión. Yo votaré, porque soy feminista pero no de un solo tema. Votaré porque soy feminista, pero también mujer y ciudadana. Y porque no todas tienen mi suerte. A más exclusión social, más riesgo de ser explotadas. Quiero que si las cosas se tuercen, haya sanidad pública, ley de dependencia o de eutanasia. Quiero la ley del aborto, más derechos laborales y conciliación, políticas medioambientales y salarios bases dignos. Y lo quiero porque yo he estado abajo hace tiempo, sin meta ni vida, y no quiero para el resto lo que no quise para mi. Voto por la madre que mañana estará ante la justicia acusada de Sap, por la amordazada por la ley de extranjería, y porque ninguna maltratada escuche que la violencia de género no existe y regrese a su casa con una sentencia de muerte. Porque si hay cosas sin conseguir, el retroceso del machismo, del racismo, homofobia y clasismo de la ultraderecha sería la mayor traición a nosotras.
Voto ante el crecimiento del negacionismo entre la juventud. Voto también por la memoria de mi abuela cuando no podía votar, por cuando Campoamor escuchaba que con las mujeres habría "una crisis cada mes", por agradecer a las que dieron la cara por cuando yo ni existía. Y sí, también estoy decepcionada con cuestiones de la anterior legislatura pero prefiero hacer frente a la izquierda siempre, a que la ultraderecha nos persiga. Es el momento de perder o de mantener. Poca broma. Y lo que molesta se pelea desde dentro.
Recuerdo la película 'Ángeles de Hierro'. En ella, Lucy Burns hace campaña entre las trabajadoras de una fábrica textil. Una de las obreras, Ruza, rechaza manifestarse bajo un "que le den a los políticos". Luego, la sufragista Alice Paul menciona las 150 mujeres quemadas por el fuego en una fábrica sin escalera de incendios, que esta se podía exigir por ley y añadió "un voto es una escalera de incendios". La obrera recordó que si ella se manifiesta, la despiden y es ella quien mantiene a sus hijos. Y Paul le dice: "Grita cuanto quieras. Las clases dirigentes son las que tienen voz y esa voz es el voto. A ti, no te oye nadie". Y es entonces cuando Ruza se hace con la propaganda de la manifestación y la reparte entre las compañeras, al grito de: "¡Un voto es una escalera de incendios".
El incendio ya está aquí. Hay una situación de emergencia. Respetaremos al resto, pero algunas votaremos para que no quede bajo cenizas todo lo conseguido. Un voto por cada derecho.
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