Investidura Opinión Basado en interpretaciones y juicios del autor sobre hechos, datos y eventos

Un pacto a tocateja

Trias priorizó siempre pactar con Collboni. En todo momento. El pacto Junts-PSC era el preferido por las élites económicas de la ciudad

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Jaume Collboni, elegido alcalde de Barcelona

Jaume Collboni, elegido alcalde de Barcelona / EFE/QUIQUE GARCÍA

Trias priorizó siempre pactar con Collboni. En todo momento. Fue sincero e incluso le dijo a Maragall que si Collboni aceptaba su propuesta, se inclinaría por este. Por dos motivos prácticos: eso le daba 21 concejales (mayoría absoluta) y el pacto Junts-PSC era el preferido por las élites económicas de la ciudad. Además tenía todo el sentido, ambos compitieron en el marco del anticolauismo.

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Pero Collboni exigió repartirse la alcaldía. Trias se negó en redondo. Y ahí es donde Trias decidió abrazar definitivamente a Maragall. Porque en este, según Trias, encontró a una persona predispuesta, honesta y sincera. De hecho, el escenario preferido de Trias era un pacto con Collboni y Maragall, un pacto inviable para los republicanos tras lo acaecido en 2019. Collboni fue el artífice de otro tripartito de investidura, 'antiMaragall'. 

A partir de esa entente, Collboni se lanzó a tumba abierta (le iba su carrera política) a repetir la 'operación Valls'. Preferentemente con el PP. Pero incluso se especuló con Vox. A dos días de la investidura ese pacto se consideró inviable. Comuns lo rechazó tajantemente porque Sirera dijo que no daría sus votos a un gobierno con Comuns. Jordi Martí, lugarteniente de Colau, rechazó entonces de plano cualquier acuerdo con el PP. Fue claro y contundente. Como Colau en 2019 con Valls. Mentira. Era todo mentira. La mayor de todas.

El desatascador

Es ahí donde Collboni y un Sirera al que de repente el 'todo Madrid' –empezando por Ayuso– le exigía un gesto patriótico, encontraron el desatascador. Fue relativamente fácil. Y así lo pactaron con Colau. Todos los cargos de confianza de Colau –y todos son todos– seguirían en el Ayuntamiento a tocateja. Y tras las elecciones del 23J, los nueve concejales de Comuns volverían al equipo de Gobierno de la ciudad.  

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Era tan inconfesable que todo se había centrado en un pacto esencialmente crematístico que Colau apeló al 3%. Como si alguien hubiera ahora apelado a los GAL, a Filesa o al Tito Berni. Mintió Colau sin rubor también cuando dijo que no sabía nada de nada cuando ella estuvo en el ajo. 

Por lo menos Trias fue claro con sus prioridades. También Collboni con su deseo de ser alcalde al precio que fuera. Solo Colau tuvo la necesidad imperiosa de mentir hasta el último minuto. Diríase que esta vez Colau ha agotado el crédito hasta de alguien que es todo corazón como Joan Tardà.