Modelo productivo
Carme Poveda

Carme Poveda

Directora de Análisis Económico de la Cambra de Comerç de Barcelona. Miembro del Comité Editorial de EL PERIÓDICO

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¿Perdemos impulso económico?

Para responder a la pregunta que se formula en el título no habría que quedarse únicamente con los datos de PIB por habitante. Hay muchos otros aspectos que influyen en nuestro bienestar

Aragonès Reunió Cercle

Aragonès Reunió Cercle / "Laura Pous; / ACN"; / ACN

Los últimos días, a raíz de la nota publicada por el Cercle d’Economia, ha habido un cierto debate en torno al retroceso económico, tanto de España como de Catalunya, en relación con Europa, y de Catalunya en relación con España. Déjenme que les haga un breve análisis fundamentado en datos oficiales, aun a riesgo de aburrir con cifras, pero alejado de la opinión política y del ruido mediático. Como dice el profesor José García Montalvo: “Una buena medida vale más que mil teorías y, por supuesto, vale más que cualquier ideología”.

Para analizar la posible pérdida de liderazgo económico, es necesario evaluar un periodo temporal de al menos 20 años. Concretamente, desde la creación de la zona euro el año 2000 hasta 2019 —puesto que los datos de 2020-2022 siguen todavía influidos por el impacto de la pandemia—. De esta manera se evita que el análisis pueda quedar desvirtuado por los periodos de crisis económicas, que han tenido un mayor impacto en la economía española que en el conjunto de Europa. Así mismo, se utilizan los datos en paridad de poder de compra (PPC) para corregir los diferenciales de precios entre países.  

El resultado es que el nivel de convergencia de España en términos de PIB por habitante respecto a la zona euro (20 países actualmente) se habría estancado, pero no reducido. El año 2000 el PIB por habitante de España era un 14% inferior a la media de la zona euro y en 2019 también es un 14% inferior, según los datos de Eurostat. El año que estuvimos más cerca de alcanzar a la zona euro fue en 2007, justo antes de que estallara la crisis financiera, cuando nos quedamos solo un 5% por debajo. Las diferencias respecto a otros cálculos publicados responden al área europea con el que te comparas, a la utilización de datos en PPC y al período utilizado para el análisis. 

España ha tenido una evolución parecida a la de Francia, que lleva dos décadas estancada con un nivel de PIB per cápita en torno a la media de la zona euro, mejor que la de Italia, que se aleja cada vez más de la media de la zona euro, pero bastante menos favorable que la de Alemania, Dinamarca, Bélgica o el caso extraordinario de Irlanda, que está cada vez más cerca del modelo luxemburgués. Es importante analizar el efecto demográfico en estos resultados. España ha absorbido el 30% del crecimiento de población que se ha producido en la zona euro desde el año 2000, y Francia el 32%. El tercer país, a más distancia, sería Alemania con el 10%. 

Diferencias con Madrid

Si pasamos al plano nacional, Catalunya ha incrementado su población entre 2000 y 2021 en un 22% (1,36 millones de habitantes más), una cifra parecida a la de la Comunidad de Madrid (1,38 millones más). Estas dos comunidades han absorbido el 41% del incremento de población en el conjunto de España (6,78 millones más de habitantes). En Catalunya, la población nacida en el extranjero ha pasado de representar el 7% en 2001 al 22% en 2022, con porcentajes similares en el caso de Madrid, pero con una composición por procedencia diferentes. 

El crecimiento económico en Catalunya ha sido muy considerable desde el inicio de siglo, un 87% acumulado entre 2000 y 2021, y muy parecido al del conjunto de España (86%). Sin embargo, el mayor crecimiento de la población en Catalunya ha afectado al nivel de convergencia en términos de PIB per cápita respecto a la media española (de ser un 21,7% superior en 2000 ha pasado a un 17,4% en 2021). El caso de Madrid es ligeramente diferente. A pesar de que el crecimiento de la población ha sido tan intenso como en Catalunya, el crecimiento del PIB ha sido notablemente mayor en la Comunidad de Madrid (105% entre 2000 y 2021), por lo que su comparativa con la media española en términos de PIB per cápita ha mejorado (de ser un 33,8% superior en 2000 a un 36,6% en 2021) y, en consecuencia, la distancia respecto a Catalunya se ha ensanchado. La explicación a este hecho se encuentra en el modelo productivo de cada territorio. En Madrid existe una mayor concentración de grandes empresas en sectores como energía, banca, construcción o consultoría, con salarios y beneficios empresariales elevados por su poder de mercado y vinculación con el sector público. El revés del modelo madrileño es su elevado déficit comercial exterior. En cambio, el modelo catalán tiene una base industrial-tecnológica-logística muy potente y un sector turístico en expansión, que le permiten tener un saldo exterior positivo aun teniendo un PIB por ocupado inferior.  

Para responder a la pregunta que se formula en el título del artículo no habría que quedarse únicamente con los datos de PIB por habitante. Hay muchos otros aspectos que influyen en nuestro bienestar, como el acceso a la vivienda, la calidad de los servicios públicos, las infraestructuras, el medio ambiente o la cohesión social. Pero eso daría para otro artículo. 

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