APUNTE

Patri Guijarro, o el triunfo de las invisibles

Patri Guijarro celebra su segundo gol al Wolsfburgo en la final de la Champions en Eindhoven.

Patri Guijarro celebra su segundo gol al Wolsfburgo en la final de la Champions en Eindhoven. / Afp

Sònia Gelmà

Sònia Gelmà

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Sergio Busquets ha dejado el Barça con los honores que un jugador de su calidad merecía. Se fue el último de un centro del campo histórico. Tan fundamental como discreto. Siempre lejos del centro de atención, siempre pensando en el colectivo hasta el punto de no importarle quedar a la sombra de compañeros más visibles. Patri Guijarro es su equivalente en el femenino. Siempre a punto para cubrir las espaldas de las dos figuras, Alexia y Aitana. Siempre un escalón por debajo de los focos.

Como le pasaba a Busquets, Patri no aparece en las listas de mejores jugadoras, solo reivindicada por sus compañeras y por sus entrenadores. Tras meter dos goles en la final de la Champions, quizás ahora sí, algún jurado dirija su mirada a esta mallorquina que, ante la lesión de su capitana, tuvo que reconvertirse esta temporada.

Cedió su posición de mediocentro a Kheira Walsh y asumió que, como interior, debía tener un perfil más ofensivo, que no goleador. Hasta el sábado. Ese día, hacía falta su convicción, su instinto, su llegada, para ahuyentar los fantasmas de Turín.

Mejor jugadora de la final

Patri Guijarro fue escogida la mejor jugadora de la final y su triunfo es también el de las jugadoras invisibles, y el Barça tiene un arsenal de estas futbolistas. Compañeras como Walsh -qué final se marcó la inglesa-, como Hansen –que pese a ser la 10 del equipo también es ignorada en los premios individuales-, como Paredes, Rolfo, o Mariona. Porque todas ellas tuvieron que poner algo más durante la temporada, un extra de convicción para que el equipo no notara la ausencia de su capitana.

Sin Alexia, Aitana asumió el rol de líder en el campo y en los medios, pero tras ella, el grupo ha demostrado que el proyecto no se basa en una sola jugadora. Este Barça ha llegado para disputarle al Olympique de Lyon la hegemonía europea de los últimos años. Hasta el momento ya han ganado dos Champions, pero su ambición no tiene límites, y Bilbao ya se ha fijado en el horizonte como la primera oportunidad para sumar la tercera.

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