GOLPE FRANCO

Benzema, ¿saludo o adiós?

Benzema festeja un gol al Rayo Vallecano en el Bernabéu.

Benzema festeja un gol al Rayo Vallecano en el Bernabéu. / Efe

Juan Cruz

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Esta crónica no está basada en hechos sino en impresiones, de modo que tómenla ustedes como una de esas bravatas políticas que los periodistas suelen (¡solemos!) emitir sin más ni más, como si supiéramos de qué va la cosa aunque nadie nos haya certificado de qué fue la cosa. En este caso, es fútbol, y fútbol es fútbol, y viene de una imagen que fue vista por la televisión justo al término del partido homenaje que Florentino Pérez le organizó recientemente al futbolista de su equipo Vinicius después de que éste fuera insultado en el estadio del Valencia.

Así que esta crónica va de aquel momento en el Bernabéu y no de aquel grave incidente de Valencia. En el estadio madridista, vestido de chaqueta y corbata, el intrépido extremo del equipo blanco recibió el agasajo, y el abrazo, de su presidente, como un desagravio que ya ha tenido otras consecuencias. Por ejemplo, Vinicius ha sido exonerado de una sanción que el árbitro le impuso en Mestalla, y en el agasajo subsiguiente recibió también enormes ovaciones de sus seguidores. Esta unánime acogida, seguida de victoria local, encendió al público y contagió de entusiasmo a los jugadores que, desde la cancha, dedicaron sus respectivas ovaciones al deportista brasileño.

El jugador del Real Madrid Vinicius se encara con el público.

El jugador del Real Madrid Vinicius se encara con el público. / EP

Entre esas manos que se alzaron en homenaje y desagravio hubo una singular, la del delantero centro madridista. Benzema se entretuvo un rato muy largo aplaudiendo a su compañero. No fue exactamente un aplauso, y además duró más que lo que resulta habitual en los aplausos, sino que fue una especie de saludo, con la mano izquierda, muy reiterado, como si le estuviera diciendo, además de su solidaridad o su cariño, algo más que no estaba implícito en el gesto aunque, simbólicamente, se puede entender que algo más había en ese juego de manos.

Me quedé con esa imagen, y francamente la tengo aun en mi memoria física, que es esa que se aloja como una extrañeza en la parte de atrás del cerebro y va y viene cada vez que ahora digo, por ejemplo, Benzema. Ahora mismo, por tanto, veo con claridad ese vaivén de mano al que me refiero y que adquirió más recientemente un inquietante carácter simbólico. Pues nada más suceder este agasajo imperial, o imperioso, al futbolista que se sentó junto a Florentino y el delantero francés le dedicó esas generosas referencias manuales, Benzema fue centro de muchísima atención mediática. El asunto: que el delantero que ha salvado tantas temporadas recientes del Madrid podría irse a Arabia Saudita, el destino actual de las más recientes viejas glorias. Hasta Messi, por ejemplo nuestro Messi, lleva en sus boletos el destino caliente que se le ha supuesto ahora a Benzema.

Desmentido

Luego Benzema ha venido a desmentirlo a su manera. No dijo ni que sí ni que no cuando se lo preguntaron en una fiesta del diario Marca, pero en el aire está que algo se mueve en esa dirección pues, y este es un tópico muy propio de nosotros, los cronistas deportivos e incluso políticos, cuando el río suena agua lleva. Y como las especulaciones no han cesado, tampoco se ha ido de mi cabeza la posibilidad de que aquel saludo reiterado de Benzema a su compañero tuviera algo más que la metáfora que parecía llevar dentro.

Esta es la inquietud: ¿No sería aquel movimiento de manos tan significativo, tan reiterado, un adiós ensayado así, con alevosa lentitud, para explicar al palco que quizá, en otro tiempo, el propio Benzema hubiera querido estar sentado a la siniestra, o a la diestra, del presidente? O, por ir más cerca, ¿no le estaría explicando Benzema a Vinicius que ese gesto también iba por él, por azares que un día los distanciaron y que ahora le vinieron a la mente al todavía goleador madridista?

Quién saben nada, que dirían Andreu Buenafuente y Berto Romero, el dúo más dinámico del humor español nacido cerca de Les Corts. 

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