Elecciones municipales

Ganan casi todos los viejos, pierden casi todos los nuevos

En Catalunya ha perdido la nueva política, con permiso de Vox que llegó mucho más tarde, y han ganado los antiguos partidos

El alcaldable del PSC por Barcelona, Jaume Collboni, y el líder del partido, Salvador Illa, este domingo.

El alcaldable del PSC por Barcelona, Jaume Collboni, y el líder del partido, Salvador Illa, este domingo. / ZOWY VOETEN

Astrid Barrio

Astrid Barrio

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Uno de los clásicos de las noches electorales es que los resultados permiten múltiples lecturas, dando la oportunidad a que la mayor parte de partidos pueda celebrar alguna cosa aunque no todas proporcionen las mismas alegrías. Y eso es justamente lo que ha pasado en las elecciones municipales en Catalunya. 

El PSC ha sido el partido más votado y se ha situado como primera fuerza en Tarragona, Lleida y Girona donde puede recuperar las alcaldías y ha mantenido la hegemonía en ciudades como L’Hospitalet de Llobregat, Santa Coloma de Gramenet o Sabadell, resultados que le permiten dulcificar el hecho de no haber conseguido la victoria en la plaza más anhelada, Barcelona, sobre todo desde la perspectiva del PSOE y más teniendo en cuenta el avance del PP en el conjunto de España.

Junts per Catalunya ha sido la formación que se ha impuesto en más municipios y se ha convertido en la segunda fuerza política en términos de voto. Ha ganado las elecciones en Barcelona, aunque está por ver si Xavier Trias podrá será alcalde y ha logrando mantener plazas como Figueres, Banyoles o Igualada , aunque también ha perdido plazas cargadas de simbolismo, como Girona. Y ERC, a pesar del retroceso generalizado que ha experimentado, puede exhibir que es el partido con mayor número de electos, algo que va en consonancia con el hecho de haber sido, por primera vez, el partido que más candidaturas había presentado y que mantiene la posición en la mayoría de ciudades del área metropolitana, a la vez que puede tener la llave de Barcelona.

El PP, por su parte, parece haber superado sus horas más bajas y se ha impuesto con contundencia en los que ya pueden considerarse sus feudos, Badalona y Castelldefels, ha doblado sus resultados en Barcelona, al tiempo que ha recuperado su presencia en las capitales de provincia y en la mayoría de los municipios en los que ha concurrido, logrando cerca de doscientos electos. Y Vox ha logrado representación en todas las capitales de provincia y ha superado el centenar de concejales en el conjunto de Catalunya, convirtiéndose en el único de los nuevos partidos que mejora resultados. 

Ciudadanos y Comuns

Sin embargo, también en toda noche electoral siempre hay perdedores netos. El más claro es Ciudadanos que, tal y como preveían las encuestas, ha sido prácticamente barrido de la política municipal catalana, como también de la del conjunto de España, lo que lo sitúa al borde de la desaparición, algo que ya se daba por descontado. La sorpresa la han dado los Comuns, que han perdido posiciones de forma generalizada, y en especial en su principal feudo, Barcelona, convertida en buque insignia de la izquierda radical periférica que había de servir de trampolín a Sumar de cara a las elecciones generales, como ya sucediera en 2015 con Podemos, una expectativa que se ha visto frustrada.

En Catalunya ha perdido la nueva política, con permiso de Vox que llegó mucho más tarde, y han ganado los viejos partidos bien sea en su forma clásica como es el caso de PSC, PP o ERC , bien sea como Junts per Catalunya, al más puro estilo convergente, con formatos renovados. 

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