Elecciones municipales
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Barcelona pasa una página

Trias o una fórmula sin Ada Colau son las dos únicas alternativas posibles para gobernar la capital catalana

Xavier Trias durante su comparecencia ante los medios

Xavier Trias durante su comparecencia ante los medios / EFE/Toni Albir

Xavier Trias, con un discurso más cercano a la Convergència clásica que al Junts de Puigdemont, ha ganado las elecciones en Barcelona catalizando el voto contrario a la alcaldesa Ada Colau, que consiguió un segundo mandato sin ser la lista más votada. Si no hay una mayoría alternativa de 21 concejales, Trias recuperará la vara de alcalde que perdió por poco, precisamente contra Colau. Y esa mayoría solo sería posible con un acuerdo del PSC de Jaume Collboni y Barcelona en Comú, presumiblemente sin Colau al frente, más un tercer partido que, a primera vista, solo podría ser Esquerra. Lo que pase hasta la constitución de los ayuntamientos el 17 de junio será, pues, decisivo. Si Trias sigue con su talante conciliador podría llegar a un acuerdo con Collboni con el que sumaría una mayoría estable de 21 concejales. Sería un gobierno inédito en la ciudad que tendría a muchos sectores económicos a favor. El ganador de las elecciones deberá, para asegurarse el gobierno, ser más hábil que su antecesor en el podio. Y en esta configuración también pesarán los acuerdos entre partidos en otros municipios, diputaciones y consejos comarcales. Junts, con la victoria en Barcelona y la recuperación de algunos feudos emblemáticos, y el PSC, con su nítida victoria a nivel de votos en toda Catalunya y su hegemonía en el área metropolitana, han conseguido el objetivo compartido de evidenciar el techo de Esquerra. En las próximas semanas, con los pactos municipales, se clarificará si perseveran en ese camino o buscan alianzas para desbancarse mutuamente, como han hecho tradicionalmente. En todo caso, a lo que se puso fin ayer fue a la era de Ada Colau como alcaldesa, que acabó generando más animadversión que entusiasmo aunque lo segundo fuera más intenso que lo primero. Las buenas intenciones de Barcelona en Comú han chocado en demasiadas ocasiones con un estilo de gobierno muy despreciativo con la disidencia o con la mera crítica, más preocupado por lesionar determinados intereses que por defender a los más desfavorecidos. El futuro pasa por Trias en la alcaldía o una fórmula alternativa que en ningún caso pivotaría en torno a Colau. Barcelona pasa esa página aunque algunos de los debates que ha iniciado quedarán como legado porque incumben a toda gran urbe como la capital catalana.

Las elecciones municipales de este domingo ponen, a nivel catalán, fin al sueño de Esquerra Republicana de sustituir simultáneamente a Junts en las comarcas interiores y al PSC en el área metropolitana. Aunque seguirá siendo la primera fuerza en número de concejales, el PSC ha sido la fuerza más votada y Junts la que ha quedado en primer lugar en más municipios a expensas de los pactos. Queda claro que la hegemonía en Catalunya es cosa de tres partidos y el futuro pasa por las alianzas que forjen entre ellos. Con todo, la recuperación del PP y la irrupción de Vox indica un leve movimiento pendular a la derecha que ha sido menor que en el resto de España porque el PSC ha sido el único bastión socialista que ha recuperado votos de Ciudadanos. Ello explica que el PSOE de Pedro Sánchez, además de perder en votos, haya visto como se le escapaban casi todas las autonomías en juego, cosa que da aire al PP de Alberto Núñez Feijóo, a pesar de que las mayorías más consolidadas corresponden al territorio de Isabel Díaz Ayuso.