¡Gobernar bien!

Estos últimos días de campaña resulta interesante leer las columnas de los grandes opinadores del país, de aquellos que con sus reflexiones pueden mover estados de ánimo. Como cada año tenemos muchas cartas analizando detalladamente carteles, eslóganes, programas y todas y cada una de las actitudes de candidatos y candidatas a los municipios catalanes. Hay un elemento, pero, que diferencia claramente estos comicios de todos los que hemos tenido a lo largo de los últimos ocho años: el debate político va de gestión municipal y políticas para los municipios, ¡por fin!

Si algo ha abonado el discurso populista en Catalunya ha sido ha precisamente no hablar de estas cosas y dejar a un lado los debates de la cotidianidad de los ciudadanos y de las ciudadanas. Este vacío lo han ocupado durante años el debate nacionalista en los extremos políticos. Muchas personas hemos vivido con desesperación no poder conseguir centrar el debate y el discurso en elementos como la gestión del día a día, porque observábamos que esto debilitaba y empobrecía nuestro país. Bajo los gritos de los temas nacionalistas se pretendía imponer la mentira de que no importa quien gobierne o que hay diferencias abismales entre progresistas y conservadores. El debate impuso nuevas voces populistas y extremistas a ambos lados del espectro político.

El placer de esta campaña es poder hablar de políticas sociales, de seguridad, de limpieza, de urbanismo, de cultura, de deportes y de todo eso que el mundo municipal debe cuidar día a día y que nos afecta de manera directa a nuestros barrios y calles. Para los que nunca habíamos marchado de este discurso, de esta voluntad de centrar en el progreso de nuestro pueblos el debate municipal no solo es un placer, es el espacio en el que mejor nos movemos, es nuestra esencia. El municipalismo es la raíz del PSC.

Un ejemplo claro de esto, de que no hemos abandonad el estricto municipalismo, es la noticia de hace pocas horas de que finalmente la Generalitat tendrá que pagar de manera inmediata el dinero que deben a los ayuntamientos para la financiación de las guarderías, 24 millones, nada más y nada menos. El recorte lo hizo Mas, pero ERC, conocedor del caso, tampoco ha hecho nada para enderezar un problema que era público y notorio; ninguna sorpresa viendo cómo lleva Educació González-Cambray. Pero han sido los alcaldes y alcaldesas, muy mayoritariamente del PSC, los que han llevado esta lucha hasta la victoria final por los municipios afectados por la mala gestión de la Generalitat. Todo esto, a pesar de que muchos de los ediles municipales de ERC y Junts podrían haber hecho el mismo, y han callado o lo han intentado tapar.

El municipalismo es precisamente esto, gestionar con firmeza, con valentía y sobre todo con proyectos sólidos de ciudad. Estos días he podido asistir a varios actos y debates en diferentes municipios de las comarcas gerundenses, y resulta sorprendente que el único gran argumento de algunas formaciones es que debe haber un gobierno independentista, sin un motivo añadido, sin ninguna razón más. No sabemos en qué mejoraría la vida de la gente del municipio, pero se defiende que haya un gobierno independentista. Viendo los últimos cuatro años, constatamos y podemos aventurar que en todo caso serviría para profundizar en la degradación de las ciudades y pueblos de nuestras comarcas.

Aquí radica, finalmente, la diferencia, en todas las comarcas gerundenses. He asistido a debates y actos en los que se han desgranado una cantidad espectacular de proyectos que dibujan el futuro de nuestras 'vil·les', de manos de candidatos y candidatas socialistas. Que además, ante posiciones todavía muy sectarias de otras formaciones, alargan la mano a toda la ciudadanía para poder conseguir los mejores objetivos y propósitos. Esta es la clave del municipalismo, lo mejor para la mayoría de los ciudadanos con todos los aliados posibles, para dibujar el mejor futuro. Quien todavía quiera dividir y enfrentar se equivoca y no ha entendido qué nos reclaman los catalanes ahora. ¡Seriosidad y gobernar bien!