La gala benéfica de Barcelona llena de VIPs que envidia Madrid

Por el bien de la humanidad, el doctor Bonaventura Clotet no debería retirarse nunca. Y si un día lo hace, tendría que dedicarse a organizar galas benéficas. Es verdad que al hacerlo con Laura Duran a su lado todo es más fácil, que la Fundación Lucha contra las Infecciones cuenta con unos patronos entregados y que Barcelona va escasa de fiestorros, pero el poder de convocatoria de Clotet es insuperable.

Y si Clotet los atrae, Buenafuente pone a todo el mundo en alerta, y el Mag Lari los hipnotiza. Solo él es capaz de que Pere Aragonés y Xavi Hernández participen juntos en un truco de magia frente a más de 750 personas. El president y su esposa, Janina Juli, son una pareja de esas que uno se iría a cenar con ellos. Sencillos y divertidos, estuvieron hablando largo y tendido con el presidente de Seat, Wayne Griffiths. Otro matrimonio amable y cercano y también presente es el de Artur Mas y Helena Rakòsnik. No todo el mundo estará de acuerdo con ello, pero deberíamos respetar más a las personas y no despreciarlos solo por sus ideales políticos. Y si no que se lo pregunten a Ada Colau. Por cierto, la alcaldesa, que este año prefirió ausentarse de la gala, encabeza las encuestas…

A Xavi y su esposa, la elegante Núria Cunillera, apenas los dejaron cenar. Fotos, preguntas, abrazos… Fue un constante desfile de personalidades hacia la mesa que el entrenador del Barça compartía con el actor Marc Clotet y su pareja, la actriz de moda Natalia Sánchez. Ella, como siempre, fue una de las más guapas. ¡Ah! Claro, sí, habla un catalán perfecto. Sin acento de Madrid. Mejor incluso que algunos que todavía lucen el lazo amarillo.

El músico Joan Dausà llegó acompañado de su mujer, Eli Dalmau, y me explicó lo bien que le va la venta de entradas para el concierto del Sant Jordi. Lo petará. Es buena gente. Como sus compañeros de mesa y algunos de los muchos cadaquesenses allí presentes. Desde Rafel Martín Faixó y su esposa, Marine Girard, que regentan Can Rafa, el mejor restaurante de Cadaqués, y que aportaron los excelentes vinos Marti Faixó, hasta el premiado Manel Vehí, que preparó los magníficos cócteles del Boia Nit.

Pues eso, que Clotet tiene amigos por todas partes. Solo así se entiende que Juan Manuel Serrat decidiera a última hora subir al escenario a cantar con Antonio Orozco. Ese fue el momentazo de la noche. Había que ver las caras de emoción o como Martina Klein abrazaba a su estimado Alex Corretja. Por cierto, eso de escuchar a Corretja comentando los partidos de tenis es un lujo para el espectador, pero Àlex me cuenta que estará 18 días en Roland Garros, que entra al club a las nueve de la mañana y que no sale hasta las once de la noche. Pues sí, se lo curra, pero es el mejor. También se emocionaron con Serrat la glamurosa Gemma Mengual y la periodista Carme Barceló, con su vestido de Rosa Clarà. Ellas y Corretja compartieron mesa con el CEO de Prensa Ibérica, Aitor Moll, y la fundadora de Cambyo, Usoa Arregui, y con el director general, Sergi Guillot, y la presidenta de Holaluz, Carlota Pi.

Otro de los momentos estelares de la noche fue la aparición sorpresa de la cantante Vicco y su canción Nochentera. Ni ella ni Orozco cobraron un euro por actuar.

Es imposible nombrar a todos los presentes, pero me crucé con el político Albert Batet, quien me comentó que la lista de Juntes por Cadaqués es la única formada solo por mujeres. Vi a Ter Stegen, Xavier Trias, Esteve y Jordi Rabat, Rosa Tous, Jordi Cerqueda, Jan Andreu, Jordi Barceló o a Camino Quiroga, quien invitó a su mesa a Josep Oliu y a Grant Dalton y Aurora Catà de la Copa América. No me olvido de Joan Carles Font de Mesoestetic o del presidente de Meroil, José Luis Porté, ni tampoco de los siempre ‘canallas’ Pere Mas y Fede Sardà, de la excelente comida de Nandu Jubany o del trio femenino más potente de la ciudad. O sea, el formado por Montse Pinyol, Anna Gener y Maria Eugènia Gay.

En fin, buena recaudación y un éxito para la fundación del doctor Clotet y para Barcelona. En Madrid envidian una gala así. No pudieron asistir Aina Clotet y Anna Fresquet... y uno las echó mucho de menos.

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