Elecciones

28M: un examen crucial

Lo que ocurra el último domingo de mayo puede dar pistas sobre quién gobernará en España en 2024

Acto del PSC con Jaume Collboni y Pedro Sánchez en el Fòrum

Acto del PSC con Jaume Collboni y Pedro Sánchez en el Fòrum / FERRAN NADEU

Rosa Paz

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El inicio de la campaña electoral solo sirve ya para recordarnos que faltan escasamente dos semanas para el día de las elecciones, porque hace tiempo que los líderes políticos andan de mitin en mitin, sumergidos en la gran subasta de promesas. Se podría decir, incluso, que esta accidentada legislatura —con su pandemia, su confinamiento, su guerra— se convirtió desde el primer día en una campaña electoral permanente, azuzada por el erróneo análisis que hizo el PP sobre la resistencia del Gobierno de Sánchez. Pensaron, ya casi se ha olvidado, que el Ejecutivo caería a la primera de cambio porque la coalición del PSOE con Unidas Podemos era endeble, porque la ciudadanía no soportaba que la encerraran en casa y porque estaban arruinando España. Pero los hechos han demostrado lo contrario. Pese a sus públicas desavenencias, la alianza gubernamental se sostiene, se han aprobado tres presupuestos y más de un centenar de leyes, la sociedad entendió mayoritariamente que el confinamiento era necesario y la economía ha resistido mucho mejor de lo que se auguraba. Claro que ha habido errores, unos más graves que otros. Sería, sino, el primer Gobierno infalible de la historia.

La campaña en sí misma no es, por lo tanto, noticia. Pero las elecciones del 28M sí pueden ser trascendentales. Tratándose de unos comicios municipales en todo el territorio y autonómicos en 12 comunidades, la personalidad de los candidatos pesará, sin duda, sobre los resultados, en algunos casos tanto o más que los partidos a los que representan o que sus líderes estatales. Pero también es indudable que estos últimos se someten a un examen crucial, cuya nota puede influir decisivamente en las elecciones generales de diciembre. Es decir, lo que ocurra el último domingo de mayo puede dar pistas sobre quién gobernará en España en 2024, más allá claro, de desvelar quién será alcalde de Barcelona —en este caso a lo mejor solo permite intuirlo—, y de saber si Ayuso consigue la mayoría absoluta en Madrid o si la coalición de izquierdas que lidera el socialista Ximo Puig conserva la Comunidad Valenciana. 

Datos fiables

Digan lo que digan ahora las encuestas, los resultados del 28M permitirán, por ejemplo, medir hasta dónde llega el antisanchismo. Si se trata de un fenómeno básicamente madrileño, como piensan muchos socialistas, o si está extendido y en qué grado por toda la geografía española. También ayudará a conocer la fuerza del efecto Feijóo y si la euforia que provocó en los conservadores su advenimiento al liderazgo se mantiene o se ha ido evaporando. El escrutinio tendrá más lecturas. Se sabrá si Podemos aguanta, por ejemplo en las autonomías madrileña y valenciana, y cual es el vigor de los partidos dispuestos a sumar con Yolanda Díaz en las generales. También se verá si Vox conserva su tirón. Esos elementos ayudarán a atisbar con mayor claridad si las derechas, que se dan por vencedoras en diciembre, pueden alcanzar el Gobierno o si se mantendrán en él las izquierdas. Habrá por primera vez datos fiables que propiciarán prospecciones más fidedignas.

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