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A la espera del próximo Coti

Lo más comentado de la canción de The Tyets han sido sus distintos ritmos musicales. Mucha menos atención se ha prestado a la letra en la que algunos hemos observado un certero análisis de lo que pueden representar las burbujas financieras.

Unas chicas se retratan en un campo de tulipanes en Grevenbroich, Alemania

Unas chicas se retratan en un campo de tulipanes en Grevenbroich, Alemania / MARTIN MEISSNER / AP

Martí Saballs Pons

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La canción Coti x Coti del grupo The Tyets se ha convertido en una de las sensaciones del año. Lo más comentado han sido sus distintos ritmos musicales, del rap a la sardana, que busca reivindicar. Mucha menos atención se ha prestado a la letra en la que algunos hemos observado un certero análisis de lo que pueden representar las burbujas financieras. El Coti, que mueve los mercados, es un activo cuyo valor no para de crecer generando líricas dudas sobre si deben seguir comprándose o no. La canción menciona el uso de la información privilegiada -entiéndase rumores- que genera realidades e invenciones.

El Coti puede ser la acción de una empresa, una criptomoneda, un conjunto de obras de arte contemporáneas, un sello, un bono soberano o empresarial, piedras preciosas, una vivienda o incluso un bulbo de tulipán. La capacidad que han tenido los mercados a lo largo de la historia para generar todo tipo de burbujas ha sido infinita. A mediados del siglo XVII, en los Países Bajos se desarrolló una de las manías financieras más estudiadas, incluso cinematografiadas, de la historia. Un bulbo de tulipán exótico procedente de las Indias Orientales podía llegar a valer más que una mansión en Amsterdam. Endeudarse para comprar bulbos se convirtió en lo más natural. El valor del tulipán, que no paraba de subir, siempre era mucho mayor que la deuda en la que se había incurrido.

La burbuja que revienta

Hasta que un día... patapam. La oferta de bulbos en el mercado se incrementa gracias a las expediciones navieras al Extremo Oriente que permiten que se vayan enriqueciendo los intermediarios. Como la demanda no sube al mismo ritmo que la cantidad de bulbos de todas las especies que llegan a Holanda, los precios empiezan a caer. Cuestión de curvas. Los propietarios de bulbos que se endeudaron con la ilusión de que eran multimillonarios se arruinan de un día para otro. El tulipán deja de ser el Coti de moda. Con el paso del tiempo, la historia ha acabado reconquistando esta flor gracias a los campos de tulipanes que adornan los Países Bajos en estas fechas, generando buenos beneficios para sus propietarios.

En la novela 'Fortuna', libro escrito por Hernán Díaz, se analiza espléndidamente qué ocurrió en los mercados de valores americanos en los años veinte. El protagonista es un banquero, definido como fabricante de dinero, que tiene la habilidad de vender sus activos -valores de empresas- antes del 'crash' de 1929, y cuyas ganancias le sirven para convertirse en una de las personas más odiadas de su país por muchas labores filantrópicas y nuevas inversiones que realice.

Cuando alguien compra hoy un Coti que se pone de moda no siempre hace los deberes. Estos consisten en predecir cuál puede ser el valor futuro de este activo a partir del análisis de la situación de mercado actual de la empresa o la materia prima. Si esta compra se ha financiado con deuda, la subida de los tipos de interés pueden acabar convirtiendo el valor del Coti en un ripio y a su tenedor en muy mala posición. ¿Y los Tyets? A esperar si son flor de unos meses o un Coti musical.

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