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El fútbol sí es cosa de mujeres, las del Barça femenino

Alexia manteada por sus compañeras cuando ha acabado del partido

Alexia manteada por sus compañeras cuando ha acabado del partido / Toni Albir / EFE

Gemma Martínez

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Ayer me hubiera gustado ir al estadio Johan Cruyff. Tres días después de haberse clasificado para su tercera final consecutiva de la Champions, el Barça femenino jugaba contra el Sporting de Huelva. No era un partido más. El triunfo les convertiría en campeonas de la Liga por octava vez en la historia y regresaba Alexia Putellas tras nueve meses de lesión. La semana era demasiado mágica, las entradas se agotaron y me quedé con las ganas. La victoria, ante 5.289 espectadores, culminó un gran día para el equipo femenino. Horas antes el Barça B se proclamó campeón de Segunda División.

El triunfo no es baladí para un equipo que arrasa tanto en la competición más rutilante, la Champions, con la que llena el Camp Nou (72.262 personas el jueves contra el Chelsea), como en el campeonato de la regularidad, la Liga. En esta última el dominio del Barça es total, sin haber perdido un punto en 26 partidos y con solo 5 goles encajados. Su rendimiento está a años luz de otros grandes clubes que creen en el fútbol femenino con la boca pequeña, como Real Madrid o Atlético de Madrid. También es sideral la distancia con equipos que tienen tanta tradición como el Barça pero con presupuestos modestos, como el Levante UD.

La comunión entre jugadoras y afición es tal, igual que sus ganas de fiesta, que debería hacer pensar a los equipos de la liga masculina, el Barça incluido. Algo no están haciendo bien con su público, sobre todo con los aficionados más jóvenes, ávidos de emociones como las de la Kings League.

Joan Laporta haría bien en ir más a menudo al estadio Johan Cruyff, igual que Xavi y sus jugadores. Descubrirían así que hay muchas cosas que pueden aprender del fútbol femenino, que no es una moda efímera como algunos críticos vaticinaban, sino que ha llegado para quedarse, aunque falten más clubes y más patrocinadores que crean en este deporte y aunque la profesionalización de las mujeres todavía tenga aristas que resolver.

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