Obituario

Vicenç Oller, la sensatez perseverante

‘Exconseller’ de Industria y exsecretario general de Foment del Treball, Oller fue una persona singular, al que recordamos por su amabilidad y capacidad para escuchar y atender al que pensaba distinto

ECONOMIA EXPOSICION 50 AÑOS DEL CERCLE D ' ECONOMIA LA FORÇA DEL DEBAT Joan Mas Cantí i Vicenç Oller conversen amb Marcelino Camacho, secretari general de CCOO, a la VII Reunió Costa Brava.8 de novembre de 1979 Font: Arxiu del Cercle d?Economia

ECONOMIA EXPOSICION 50 AÑOS DEL CERCLE D ' ECONOMIA LA FORÇA DEL DEBAT Joan Mas Cantí i Vicenç Oller conversen amb Marcelino Camacho, secretari general de CCOO, a la VII Reunió Costa Brava.8 de novembre de 1979 Font: Arxiu del Cercle d?Economia / Arxiu del Cercle d'Economia

Jordi Alberich

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Vicenç Oller pertenece a ese grupo de jóvenes europeístas que, en la segunda mitad del siglo pasado, entendieron el papel que les correspondía asumir en la modernización del país. A su sólida formación académica, como economista por la Universitat de Barcelona y profesor en ESADE, se sumaba su conocimiento del mundo productivo y las organizaciones empresariales. Así, en su gestión al frente del CEAM, la poderosa patronal del metal, promovió la modernización de la estructura productiva y de representatividad empresarial, a imagen de lo que sucedía en los países europeos más avanzados.

Con ese mismo espíritu, asumió la secretaría general de Foment del Treball en los años más complejos de la transición política, siendo posteriormente elegido presidente del Círculo de Economía, responsabilidad a la que renunció para ejercer como ‘conseller’ de Industria y Energía en el primer mandato de Jordi Pujol. Tras esos cuatro años, regresó a su servicio de estudios para, a su vez, finalizar su mandato en el Círculo, del que asimismo presidió su Fundación.

Podría alargarme con su trayectoria, pero tan relevante como lo que hizo es el cómo lo hizo. Los que le conocimos le recordamos por su amabilidad y capacidad para escuchar y atender al que pensaba distinto. Unas maneras especialmente relevantes en tiempos de enorme crispación, como fueron sus años en Foment y el gobierno de la Generalitat. A las incertidumbres propias de una democracia aún frágil se añadía la grave crisis económica, cargada de tensa conflictividad laboral y desplome de muchas empresas, incapaces de responder a las exigencias de los nuevos tiempos. Su sorprendente templanza contribuyó a mantener vivo el diálogo y reconducir el momento.

En aquellos años, concretamente en 1980, impulsó y presidió el premio a las mejores iniciativas empresariales del año organizado por EL PERIÓDICO. Aún hoy, en circunstancias muy distintas, se mantiene como el gran reconocimiento anual al empresariado catalán. Sin embargo, lo que hoy se celebra con plena naturalidad resultaba una apuesta arriesgada hace más de 40 años, cuando aún se dudaba de la iniciativa privada.

En el Círculo, donde tuve la gran oportunidad de conocerle y colaborar durante muchos años, mostraba una especial agudeza para identificar aquellos problemas que, agazapados, resultan ser los más determinantes a largo plazo. Y como presidente de su Fundación fue el primer impulsor del Premi Ensenyament, que se convirtió en el programa de mayor prestigio en el reconocimiento a profesores y centros que, en entornos especialmente complejos, se muestran capaces de innovar y favorecer la integración y mejor formación de sus estudiantes.

Una persona singular, tan sensata como perseverante, con una especial sensibilidad para captar lo no evidente e intuir lo que se avecina. Amante de los matices, convencido de que son los detalles los que hacen descarrilar los proyectos o, por el contrario, facilitar encajes que parecen imposibles. De fina ironía y sentido del humor, y con una innata capacidad psicológica para captar lo recóndito, en las últimas conversaciones me mostraba su preocupación por desmanes de este dinero global que se mueve a sus anchas, que dificulta la acción política y fractura la sociedad.

Su fallecimiento nos entristece a quienes le hemos conocido y, muy especialmente, a su querida familia, a sus Montse, Vicenç i Joan. Una suerte enorme haber disfrutado de su amistad.