Tsunami Democràtic

La alias Matagalls

Existieron varias acciones en la calle, tras las sentencias a los políticos que estaban presos, que precisaron de una organización depurada

Marta Rovira, en la manifestación.

Marta Rovira, en la manifestación.

Álex Sàlmon

Álex Sàlmon

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Para un independentista lo ocurrido durante el ‘procés’ fue legal porque tenía un mandato con el añadido de “democrático”. Para los constitucionalistas, todo se considera un despropósito democrático e ilegal.

Pasado el tiempo, y de forma casera, podríamos hacer un 'ranking' sobre cuáles fueron los peores momentos de aquellos días. Las opiniones no serían coincidentes. Cada uno se dejaría llevar por su propia tesis, en unos casos política y en otros de agitación callejera.

Desde un punto de vista personal, los hechos de 20 de septiembre en el Parlament dando un golpe a la legalidad de la propia institución es el hecho más grave ocurrido durante aquellas jornadas. En este análisis coinciden muchos politólogos que reflexionaron sobre el ‘procés’ de forma fría. Aquel día, y el siguiente, saltó por los aires cualquier método conocido en un parlamento para hacer cambiar las leyes por una vía engañosamente de consenso. Pero hubo más.

El mismo 1 de octubre, el día de la consulta ilegal, estaría dentro de este despropósito político, pero de alguna forma se trató de una consecuencia que emanaba de aquella jornada, dando tintes de legalidad a una acción que no lo era.

Sobre las movilizaciones en la calle, sus tipologías e intensidades marcaron diferentes estados de violencia. Uno, el más habitual, trasladaba a los alrededores de la Delegación del Gobierno la manifestación callejera. Quienes la impulsaban fueron los responsables de los destrozos de todo el mobiliario urbano, pero se acabaron convirtiendo en cotidianas, casi diarias. Sin embargo, existieron varias acciones en la calle, tras las sentencias a los políticos que estaban presos, que precisaron de una organización depurada.

Fueron la toma al aeropuerto de Barcelona, las estaciones de AVE y los cortes en la autopista AP-7. Estuvieron alentadas por el conocido como Tsumani Democràtic y, de forma solapada, por el propio Govern de entonces. Y ahora que la investigación apunta a Marta Rovira, alias Matagalls, habrá que reflexionar sobre si cambia su situación penal. ¿O no?   

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