Imputación judicial

La alargada sombra de Trump

No hay prohibición alguna que impida a un candidato que está siendo juzgado poder presentarse, pero parece difícil que el expresidente pueda superar todos estos obstáculos para hacer campaña como si nada

Trump asiste a un campeonato de lucha en Miami

Trump asiste a un campeonato de lucha en Miami / CHANDAN KHANNA / AFP

Carlos Carnicero Urabayen

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Hay que cosas que no cambian. Puede que la presidencia de Trump terminara en 2021, pero el más insólito líder que ha pasado por la Casa Blanca continúa con éxito su eterno empeño de acaparar atención y batir ignominiosos récords de todo tipo. El ultimo: ser el primer expresidente que ha sido formalmente acusado por un juez.

La incógnita más importante que acompaña al espectáculo de estos días es si estamos de nuevo en la antesala de 2016, el año de su victoria electoral, o asistimos al ocaso de la etapa más deprimente, divisiva y tóxica que ha acompañado a Estados Unidos en su historia reciente. Veamos en detalle estos dos escenarios.

Una de las principales claves que explica el éxito electoral de Trump en 2016 fue su capacidad de generar un gran 'show' para entretener a millones de norteamericanos hartos de los políticos de siempre. Los medios de comunicación mordieron el anzuelo y dedicaron infinitas horas a radiar el espectáculo, muchas veces sin vocación de reportar lo que realmente era noticia. Trump era y sigue siendo rentable para las audiencias.

Los últimos días son evocadores de aquellos tiempos. Tenemos a Trump hasta en la sopa. Y el indiscutible bochorno de tener a un expresidente frente a un juez no parece dañar la popularidad del personaje. Al contrario, el centro de gravedad en el Partido Republicano se desplaza ahora todavía más hacia Trump. 

Hasta algunos de los pesos pesados que habían tomado distancia con él se ven obligados ahora a decir que la campaña judicial parece injusta. Dentro de la lógica trumpiana de conmigo o contra mí, conmigo o contra el país, el arrastre de los cuadros del Partido Republicado a favor de Trump crecerá ante el temor de ser acusados de traición a la causa

A este escenario se suman las dudas en el Partido Demócrata. Una mayoría de sus votantes preferirían un nuevo candidato, pero Joe Biden, en principio, se presentará a la reelección, aunque todavía no lo ha anunciado formalmente. Con sus 80 años, hay dudas razonables para pensar que pueda estar preparado para un segundo mandato y quien sabe si para frenar a Trump por una segunda vez.

El segundo escenario parece el mas lógico. Trump ha cruzado la línea roja en demasiadas ocasiones como para pensar que sus acciones no tendrán consecuencias. Los sistemas democráticos tienen pesos y contrapesos para protegerse. Parecería increíblemente suicida para el sistema que el mismo candidato que puso en riesgo hasta el límite la democracia norteamericana –no olvidemos los hechos excepcionalmente graves del asalto al Capitolio– pudiera volver a intentarlo de nuevo como si nada.

El camino judicial para el expresidente no ha hecho mas que comenzar. El crimen del que ahora se le acusa –haber falsificado su contabilidad tras el pago de 130.000 dólares a la estrella porno Stormy Daniels para comprar su silencio por un antiguo 'affaire' entre ambos – no es el más grave de los que podría haber cometido. Hay otro tema judicial pendiente que destaca especialmente: en el estado de Georgia, a Trump se le investiga por haber presionado al secretario de Estado para forzar el recuento de votos a su favor en 2020

¿Serán suficientes estos frentes judiciales para evitar el camino de Trump a la Casa Blanca en 2024? No hay prohibición alguna que impida a un candidato que está siendo juzgado poder presentarse, pero parece difícil que pueda superar todos estos obstáculos para hacer campaña como si nada. El país merece pasar página. 

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