2033: ¿Qué será Catalunya?

Las encuestas del CEO de la Generalitat, que tienen más credibilidad que las del CIS español, indican que, al contrario de lo que pasó en 2017-2019, hoy los opuestos a la separación son la mayoría. Y el margen -50% contra 43%- es de 7 puntos. Además, entre los independentistas solo un 9% apuesta ahora por la unilateralidad (el intento de 2017) mientras que el 33% aboga por una independencia pactada. Y el pacto incluso gana por poco a la unilateralidad en Junts, el partido de Puigdemont, el más independentista.

Pero lo más relevante del CEO del pasado miércoles es que su director, Jordi Muñoz, ha introducido preguntas sobre lo que creen los catalanes que pasará dentro de 5 o 10 años. Y las respuestas son concluyentes. El 72% opina que dentro de 5 años el grado de autogobierno será muy similar al actual. Lo creen con toda seguridad el 14%, con mucha probabilidad el 24% y con bastante probabilidad el 34%, mientras que los que apuestan por lo contrario suman solo el 21%. Y cuando la pregunta se alarga a 10 años, la creencia en el marco actual solo baja del 72 al 71%. Todavía más significativo es que solo el 28% creen seguro, o probable, que dentro de 10 años Catalunya sea independiente.  

Esta aceptación del actual autogobierno no impide que un 37%, cierto que contra un 57%, crea que en 10 años el grado de autonomía se incrementará significativamente. Tras el fracaso de la declaración unilateral de 2017, la desinflamación del indulto a los dirigentes independentistas, la mesa de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno Sánchez y, quizás más que nada, la dramática y total ruptura entre los dos grandes partidos independentistas (ERC y Junts), la gran mayoría sabe que las utopías son solo utopías.

Pero esta aceptación pasiva -que el separatismo infravalora- no implica satisfacción o conformidad. La mayoría sigue creyendo -en respuesta a una pregunta que se hace desde hace años- que la autonomía actual es insuficiente (60% contra 29%). Y el 53% está de acuerdo con el derecho a decidir en referéndum, mientras que el 24% está bastante de acuerdo y solo el 16% se manifiesta en contra. Y el apoyo al derecho a decidir es mayoritario tanto entre los independentistas (99%) como entre los contrarios (59%).

¿Contradicciones? Quizás. Catalunya acepta la realidad actual porque la apuesta independentista no ha conseguido nada, pero aspira a más autogobierno y desearía un referéndum de autodeterminación, aunque el resultado más probable -al menos hoy- sería negativo.

Quizás por esto los dos primeros partidos catalanes son el PSC, seguido muy de cerca por ERC. El PSC porque cree que la Constitución permite ampliar el autogobierno y no rechaza buscar acuerdos con el independentismo. ERC porque ha renunciado a la unilateralidad, quiere negociar con Madrid y Pere Aragonès reivindica un referéndum pactado. El PSC ganaría hoy las autonómicas con más fuerza que en 2021 y también las legislativas, donde ERC venció en 2019. El liderazgo tranquilo de Salvador Illa está, pues, dando resultados. 

No obstante, el grado de aprobación de los dirigentes de ERC -Junqueras, 58% y Aragonès, 53%- es superior al de Illa y Miquel Iceta, 47% y 44%. El PSC aún arrastra un cierto lastre por el vínculo con Madrid, aunque sin embargo Iceta tiene la misma aprobación (44%) que Puigdemont y supera a la de la presidenta de Junts, Laura Borrás (39%)

Así el “pacto entre contrarios” de ERC y el PSC, que se ha visto en la aprobación de los presupuestos catalanes -necesario porque ERC está muy lejos de la mayoría absoluta- no será nada fácil de gestionar. Y las próximas batallas electorales entre el PSC y ERC serán duras. Los dos quieren el poder. Pero pese a las ambiciones contrapuestas y las fuertes diferencias identitarias (más hondas que las políticas), los dos grandes partidos catalanes están ahora -al contrario que el PSOE y el PP- sabiendo negociar. ¿Vuelve a ser Catalunya más pragmática que España? 

Una reflexión final. El 74% de los catalanes se declaran republicanos y solo el 12% monárquicos. La distancia debería ser bastante menor, cuando en 1978 una mayoría de catalanes (superior a la del resto de españoles) respaldó la Constitución. ¿Qué debe hacer Felipe VI?

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