Apunte
El paro en precario
Los datos de marzo no son solo buenos porque baja el desempleo sino por el aumento de afiliados a la Seguridad Social
Agustí Sala
Redactor jefe de Economía
Además de El Periódico, trabajé de 1989 a 1990 en La Economía 16, como responsable de Economía en el Diari de Barcelona, de 1989 a 1990; en la sección de Economía de TVE Catalunya de 1987 a 1989, en Antena 3 de Radio, de 1985 a 1987 y en el Diari Menorca, de 1983 a 1985 y Radio 80-Menorca. Además la licenciatura en Ciencias de la Información por la Universitat Autònoma de Barcelona (1992-1986), tengo un posgrado en dirección general (PDG) 2011-2012y un curso de Márketing Digital y Redes Sociales por la EAE Business School
Los últimos datos sobre el mercado laboral son halagüeños. Y es que no solo se reduce el paro, según las cifras de marzo del desempleo registrado, sino que sigue creciendo el número de afiliados a la Seguridad Social que, al final, es lo que alimenta el sistema de pensiones.
En los últimos meses ya casi nos estamos acostumbrando a los récords positivos en materia de empleo. Desde luego, hay que destacar que los datos son buenos. Probablemente estuvieron impulsados por la proximidad de la Semana Santa y las contrataciones vinculadas a ese periodo vacacional, como por ejemplo en el sector hostelero, pero no dejan de ser datos positivos en un país caracterizado por elevadas tasas de paro.
Y es que no solo se reduce el desempleo, como avanzábamos, sino que mejora el empleo y se consolidan los afiliados a la Seguridad Social por encima de los 20,3 millones, tras ganar más de 200.000. Y, a la vez, como consecuencia de la reforma laboral, la ocupación se desprecariza. Queda mucho trecho por andar, por supuesto, pero incluso el 'Financial Times', un referente del capitalismo, se fijaba esta semana en la receta aplicada por el Gobierno para combatir una temporalidad que era sello distintivo del mercado laboral español.
El balance no es negativo, si se analizan con detenimiento los datos del mercado laboral. Y son positivos tanto si se contabilizan desde la reforma laboral, que entró en vigor hace un año; como si se hace desde tres años atrás, desde la pandemia del covid-19 y el confinamiento y la restricciones a la movilidad: En este periodo, en el que descubrimos lo que significan las siglas ERTE, que fueron una buena medicina contra el desempleo, se han registrado 700.000 parados menos, 1,3 millones de empleos más y una menor precariedad laboral, con más peso de la contratación indefinida, si bien una parte a través de los contratos fijos discontinuos, aunque maquillan menos de lo que se dice las cifra. De seguir por este camino algún día lo que pasará a ser precario es el paro, no el empleo, como lo ha sido desde siempre.
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