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Los vientos de abril

Xi Jinping, Trump, inflación, protesta social en Francia, bloqueo político en España. La nota dominante de la primavera es una gran incertidumbre

Una partidaria del expresidente estadounidense Donald Trump sostiene una bandera de "Trump 2024" mientras protesta cerca del Mar-a-Lago Club en Palm Beach, Florida.

Una partidaria del expresidente estadounidense Donald Trump sostiene una bandera de "Trump 2024" mientras protesta cerca del Mar-a-Lago Club en Palm Beach, Florida. / AFP/CHANDAN KHANNA

Joan Tapia

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El invierno ha ido mejor de lo temido. Por eso ahora el ánimo está más entonado. Pero en el horizonte sigue mandando la incertidumbre. Quizá la principal sea la guerra de Ucrania y el rol que la China de Xi Jinping quiera tener en el mundo. En Pekín, Sánchez le ha pedido que discuta directamente con Zelenski el poco creíble plan de paz chino. Sería un paso si lograra desatascar el teléfono entre Pekín y Kiev. 

América preocupa. El presidente Biden prepara su reelección con miedo a que las subidas de tipos de interés de la Reserva Federal provoquen una recesión. Y la crisis de la banca mediana intranquiliza. Encima un gran jurado ha imputado a Donald Trump por haber pagado con 130.000 dólares de su campaña a la actriz porno Stormy Daniels para que en 2016 negara una relación sexual con el expresidente. Es la primera vez que un expresidente es imputado criminalmente. ¿Qué consecuencias tendrá sobre su ya iniciada campaña? Trump está dando la vuelta a la imputación y acusa a la fiscalía, “en manos de los demócratas”, de ilegítima persecución. Quiere movilizar a los suyos, que no son pocos, y es posible que lo logre de cara a las primarias republicanas. Más complicado lo tiene en el combate contra Biden porque, según un sondeo de la Universidad Quinnipiac, el 57% de los americanos cree que esta imputación le descalifica.

En Europa la gran amenaza son los precios. En marzo la inflación media ha bajado del 8,9% al 6,7%. Es una buena noticia y las bolsas se han animado -Ibex incluido- porque creen que favorecerá que el BCE sea más cauto al subir los tipos de interés. Pero la inflación subyacente, la que más puede instalarse, sigue al alza y alcanzó el pico del 5,7%. En España estamos mejor. Y peor. La inflación ha caído más, al 3,3% (en julio llegó al 10,8%), pero la subyacente está en el 7,5%, por encima de la europea. Y la europea de los alimentos, que dopa la reclamación salarial, está en el 15,4%. Es posible que, con este cuadro, Lagarde vuelva a subir los tipos de interés. Incertidumbre.

La inflación actual en España (3,3%) es inferior a la europea (6,9%), pero la subyacente, la que es más peligrosa porque puede instalarse, llega al 7,5%, casi dos puntos por encima de la media de la UE

Y preocupa el malestar social. En Francia la subida de la edad de jubilación de 62 a 64 años con la oposición de los sindicatos, de la gran mayoría de la opinión pública y a través del art. 49 de la Constitución (el Gobierno la decreta y el Parlamento la aprueba al ser derrotada la subsecuente moción de censura), ha provocado una gran ola de huelgas y protestas, a veces violentas. Macron, elegido presidente hace menos de un año y con el retraso de la jubilación en su programa, parece acorralado al carecer de mayoría parlamentaria. Marine Le Pen y parte de la derecha votaron la censura con toda la izquierda con lo que el Gobierno solo se salvó por 9 votos. ¿Qué pasará en abril? Nadie lo sabe. Incertidumbre.

En España, al contrario, la calle está tranquila. El permanente y estúpido drama es la imposibilidad de cualquier acuerdo entre el Gobierno de Sánchez (con Podemos dentro) y la derecha de Feijóo, que aunque va por delante en las encuestas no podría gobernar sin el apoyo de Vox. Y el sondeo de GAD 3 para ‘ABC’ del lunes confirma que el PP, que va primero, está estancado y que el PSOE no baja. Habrá que ver lo que pasa en las autonómicas y municipales del 28 de mayo. Y si Yolanda Díaz consigue enrolar a Podemos y presentar una única lista a la izquierda del PSOE pero que quiera gobernar con el PSOE con menos excentricidades. Sánchez apuesta a eso y Yolanda lanza su proyecto -Sumar- este domingo. Por el momento Podemos, dirigido desde la sombra por Pablo Iglesias, dice no. ¿Qué quiere?

Vale, el Gobierno ha aprobado la reforma de las pensiones con el apoyo de los sindicatos -relevante- y el aprobado -raspado- de Bruselas, pero esta vez con la oposición de la patronal y de la mayoría de analistas económicos -empezando por la Airef- que dicen que perjudicará a las empresas y al empleo. Sánchez ha vuelto a ganar, pero cada día deja más pelos en la gatera. Y el Tribunal Supremo ha dado la razón al coronel Pérez de los Cobos que fue cesado por el ministro Marlaska. El Gobierno sigue pagando sus pésimas relaciones con los jueces, muy dañadas por las descalificaciones continuas de Podemos. 

¿Sánchez o Feijóo? ¿Y con qué aliados de extrema izquierda o de extrema derecha? Esa es la cuestión. Nervios al alza.

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