El VAR y Platón

A raíz del último partido de fútbol entre el Barça y el Madrid ha habido una polémica bastante subida de tono porque el sistema de análisis a distancia de las jugadas (que la gente conoce como VAR: Vídeo Assistant Referee) anuló un gol marcado por el equipo blanco que, muy probablemente, le habría significado la victoria. El Barça se recuperó del susto y marcó, legalmente, poco después. Como la liga estaba en juego y como la jugada fue tan decisiva, las reacciones iracundas y desmedidas del Madrid ya empezaron nada más terminar el encuentro. Su entrenador, un hombre más bien calmado y pacífico, declaró que dudaba de que Asensio hubiera marcado el gol en fuera de juego. ¿Dudar de la evidencia? He aquí uno de los quids de la cuestión.

La irrupción de la técnica audiovisual ha ayudado a esclarecer muchas situaciones dudosas. Cierto que ha habido de todo y que cualquier intervención (e interpretación) humana está sujeta a la posibilidad de un error, más o menos inconsciente. Pero el VAR ha introducido certidumbres. Según los detractores del sistema, ha entorpecido la dinámica del fútbol y ha hecho que se acercara a los deportes donde se valora más la constatación de los hechos que la salvaje dinámica del juego. En eso se basaban los madridistas para renegar de la decisión arbitral. Nadie se había dado cuenta de la situación anómala del delantero del Madrid. Ergo, si todo el mundo aceptaba aquella realidad, ¿por qué demonios tenía que intervenir un 'deus ex machina' para darle la vuelta? En ese caso, más allá de la anécdota deportiva, se esconde una consideración filosófica. Aunque se demostró (a pesar de Ancelotti) que el fuera de juego estaba ahí, aunque finalmente se admitiera la rectificación, lo que se intentaba era valorar la inmediatez del instante (con ostentosa celebración incluida) por encima de las minucias de la verdad. Los del Madrid, picados por la derrota, quizás no se han dado cuenta de que han introducido un debate no sobre el bien y el mal, sino una disquisición platónica en torno a las sombras del mundo real y el mundo de las ideas.

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