APUNTE

La duda de Ancelotti

Ancelotti observa a Xavi festejar el gol de Kessié en el clásico del Camp Nou, que le dio el triunfo al Barça.

Ancelotti observa a Xavi festejar el gol de Kessié en el clásico del Camp Nou, que le dio el triunfo al Barça. / Jordi Cotrina

Sònia Gelmà

Sònia Gelmà

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No es una duda inocente, aunque pudiera parecerlo teniendo en cuenta ese talante tan tranquilo del técnico italiano. Ancelotti se volvió a Madrid con una duda y con 12 puntos de desventaja en la Liga, que no tenga algo que ver una cosa con otra. Por momentos, mientras Asensio se señalaba el escudo blanco y mientras el VAR decidía sobre su posición, el Madrid se vio metido de nuevo en la lucha por la liga. Se imaginó a seis puntos y ante un Barça tembloroso a falta de 12 jornadas. 

Pero si la tecnología ha solucionado alguna cosa, precisamente son –como destacó el mismo Ancelotti cuando se instauró-- las jugadas de fuera de juego, porque no son interpretativas. Se trataba simplemente de tirar una línea y confirmar lo que se intuía a primera vista por la imagen, que su delantero estaba ligeramente adelantado. El gol quedó anulado y la frustración hizo el resto.

El hombro de Asensio

Ese hombro de Asensio devolvió el Madrid a su realidad, la de verse muy lejos del Barça. Y, en ese escenario, la duda expuesta por Ancelotti ha conseguido generar casi más debate que el pobre juego blanco. Una discusión parecida a la que se creó la semana pasada cuando Muniaín tocó el balón con el brazo.

Ahora se cuestiona si las líneas de fuera de juego se tiran con suficiente precisión y, hace unos días, hasta cuando debe retroceder el VAR para revisar una acción. Un planteamiento legítimo en julio, cuando los entrenadores son informados de los criterios, pero que ahora no deja de ser tramposo y alimentado por el contexto del caso Negreira.

Más allá de ese clima, no hay ninguna sorpresa, muchos entrenadores se quejan del funcionamiento del VAR cuando les perjudican y pasan de puntillas cuando les favorece. Lo nuevo con Ancelotti es lo de lamentar un acierto, lo nunca visto que diría Mourinho. La duda del italiano solo demuestra su nerviosismo en un momento clave de la temporada. Viene de ganar una Liga y una Champions y, aún así, sabe desde este domingo que, o repite milagro en Europa, o se va a la calle.

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