Debate en el Congreso

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La moción no es ninguna broma

Tamames planteará temas que afectan al conjunto de los españoles con una seriedad alejada del estilo de Vox y Sánchez deberá responder con su gestión y con argumentos

Ramón Tamames, junto a Santiago Abascal.

Ramón Tamames, junto a Santiago Abascal. / David Castro

El Congreso de los Diputados abordará este martes el debate de la sexta moción de censura de la democracia y la segunda de esta legislatura. La primera fue presentada por Vox hace dos años, fracasó -como lo hará la que ha planteado ahora el mismo partido ultra-, pero significó la ruptura, al menos momentánea, del PP de Pablo Casado con Santiago Abascal. Ahora, con las encuestas a la baja desde el verano pasado, aunque la sangría de votos hacia el PP parece haberse recortado en los últimos meses, Vox ensaya de nuevo una maniobra destinada a demostrarle al PP que ellos sí que son más duros con Pedro Sánchez y a recuperar el protagonismo perdido.

Vox ha conseguido volver a estar en el foco, pero, al presentar un candidato atípico como Ramón Tamames, economista prestigioso y exmiembro del PCE, en el que militó hasta 1981, la jugada puede volvérsele en contra. Aunque en la última comparecencia conjunta con Abascal, Tamames declaró que «coincidía con Vox en lo esencial» -la unidad de España, la monarquía, la bandera y la crítica al Gobierno por sus alianzas-, en las múltiples entrevistas que ha concedido no se ha privado de exhibir sus discrepancias con el partido que le promueve, sobre todo en las autonomías -sigue defendiendo que España es «una nación de naciones»-, en la emigración, contrario a la brutalidad de Vox, en los peligros del cambio climático, que Abascal niega, o en su calificación del Gobierno, que no considera «ilegítimo», como hace el partido ultra, sino equivocado.

Pese a que estas divergencias tan notorias o la edad del candidato y su pasado han provocado chascarrillos y chanzas, sería un error que los demás partidos -y sobre todo el PSOE y el PP- se tomaran a broma la moción. Por lo que se conoce de su discurso -filtrado íntegramente, en un nuevo episodio sorprendente-, Tamames planteará temas que afectan al conjunto de los españoles y con una seriedad alejada de las extravagancias de Vox. Sánchez deberá responder con su gestión y con argumentos, mientras que el PP, que se ha dedicado a despreciar la moción, habrá de contrarrestar que la intervención de Tamames no seduzca a su electorado y afrontar las críticas que en todas direcciones le van a llegar, entre ellas la de optar por la abstención en lugar de votar 'no'. 

La impresión general es que la moción puede beneficiar a Sánchez, pero no hay que olvidar que el Gobierno la afronta en su peor momento, con graves enfrentamientos internos y leyes en entredicho. El PP, por su parte, puede pagar su inhibición y su consideración desde el principio de la moción como un 'show'. El miércoles sabremos quién gana y quién pierde. En todo caso, el desenlace del debate de la moción -el resultado ya se sabe, solo logrará los 52 votos de Vox- distará de ser decisivo desde el punto de vista electoral cara a las generales de diciembre.

En esa convocatoria influirán más otras cuestiones pendientes de clarificación, como el final de la batalla dentro de Unidas Podemos -si van juntos encabezados por Yolanda Díaz o separados- o el resultado de las autonómicas y municipales. Tiene razón el PP cuando dice que la verdadera moción de censura al Gobierno de Sánchez se producirá el 28 de mayo, pese a las diferencias de voto que suelen producirse en elecciones tan distintas.