Apunte
Vivienda electoral
Mientras PSOE y Podemos intentan pactar la ley de vivienda antes de entrar en campaña electoral, Sánchez se asegura la baza de 100.000 viviendas más de alquiler social
Rosa María Sánchez
Redactora jefe
Premio Carlos Humanes de Periodismo Económico 2020. Máster Universitario en Investigación en Periodismo por la Universidad Complutense, en 2023. Profesora en el Título de Postgrado Especialista en Información Económica de la Universidad Nebrija. Colaboradora en RNE.
En las próximas semanas, el Gobierno prevé presentar en público un importante anuncio en materia de vivienda de alquiler a precio asequible: la puesta a disposición de autonomías y y ayuntamientos de hasta 25.000 viviendas adicionales para que las puedan comprar y destinar a alquiler social. EL PERIÓDICO adelantó a principios de marzo que esta cantidad añadida permitirá duplicar el número inicial de viviendas con las que la Sareb (la sociedad que recibió los activos inmobiliarios tóxicos de las entidades financieras rescatadas entre 2008 y 2012) contribuirá por diferentes vías al Plan Estatal de Alquiler Asequible del Gobierno.
Con esta próxima presentación en público, la vivienda entrará formalmente en campaña electoral con el rumbo puesto hacia los comicios autonómicos y municipales del 28 de mayo. A falta, todavía, de un acuerdo entre los dos socios del Gobierno –PSOE y Unidas Podemos— para poder sacar adelante en el Congreso de los Diputados la que sería la primera ley estatal de vivienda, Pedro Sánchez se asegura, al menos, el logro de que la Sareb va a contribuir con 50.000 pisos al objetivo de incrementar el parque público de vivienda en alquiler en al menos 100.000 unidades.
La difícil negociación entre PSOE y Unidas Podemos para sacar adelante la ley de vivienda parece que también puede encontrar un cauce en los próximos días o semanas. La líder de Podemos, la ministra Ione Belarra, ha pedido a Sánchez que aproveche el debate de la moción de censura de esta semana para anunciar un acuerdo. Ni una ni otra parte se puede permitir llegar a la próxima campaña electoral sin un pacto en una materia tan importante para las administraciones autonómicas y locales. Eso sería un regalo para sus rivales políticos de la derecha. Los dos socios del Gobierno están cocinando un acuerdo que permita dar algún tipo de satisfacción, siquiera transitoria, a la exigencia de Unidas Podemos de fijar un tope a las subidas de precio de los contratos de alquiler. Mientras tanto, Sánchez se asegura su propia baza electoral: 100.000 viviendas más de alquiler social. Es lo que tiene entrar en campaña presidiendo un Gobierno.
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