Nuestro mundo es el mundo | Artículo de Joan Tapia

Tamames, un lujo innecesario

Vox estaba estancada y necesitaba un golpe de efecto, pero la moción ya ha fracasado porque ni puede ganar ni presenta un candidato de futuro

Santiago Abascal y Ramón Tamames

Santiago Abascal y Ramón Tamames / David Castro

Joan Tapia

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La moción de censura de Vox marcará el inicio de la semana. Fracasará, pero permitirá ver el estado de ánimo de las fuerzas políticas antes de la Semana Santa y de la larga campaña para las municipales y autonómicas (en gran parte de España) del 28 de mayo. Dentro de solo dos meses.

Es difícil que la moción acabe favoreciendo a quien la ha presentado. Una censura tiene el objetivo de ganarla (Sánchez en 2018) o de, perdiéndola, dar a conocer un candidato con futuro (Felipe González contra Suárez en mayo de 1980). No es el caso. Tamames no puede ganar, aunque al final el PP le votara, y tampoco es, a los 89 años, un candidato para gobernar. ¿Por qué pues Tamames, que además hará un discurso más de Cs que de Vox y que respecto a las autonomías, la inmigración y el cambio climático tiene posiciones no coincidentes (o alejadas) de Abascal? Desde su fiasco en las elecciones andaluzas y la surrealista pelea con Macarena Olona, Vox estaba estancada, o a la baja, y perseguía un golpe de efecto que la reanimara. Pero ¿por qué Tamames y no un hombre de la derecha del PP (Mayor Oreja, por ejemplo) que habría sacudido más el escenario e inquietado más a Feijóo? ¿Abascal no ha encontrado su Mayor Oreja, o cree que Tamames es más inofensivo de futuro?

¿Y por qué Tamames acepta? Era la estrella ascendente del PCE eurocomunista de Santiago Carrillo, pero quedó descolocado cuando los españoles prefirieron al viejo PSOE renovado y avalado por la socialdemocracia de Willy Brandt. Y ahora, como ha dicho Sánchez Dragó al ‘ABC’, no podía rechazar “la oportunidad de su vida”: hacer una conferencia magistral ante toda España y demostrar -y demostrarse- que España se equivocó cuando en 1982 el PSOE de Felipe, Guerra y Boyer le bandeó. Vanidad, sí. Pero Tamames planteará cuestiones sobre las que tanto Pedro Sánchez como el PP deberán posicionarse.

Sánchez puede salir beneficiado porque podrá explayarse. Pero si el presidente no remonta y Abascal sale trasquilado, Feijóo podrá cazar votos de todas las derechas y de los que creen que el Gobierno está partido y agotado

¿La moción beneficiará a Sánchez, que podrá explayarse a gusto? Quizás sí, pero Sánchez gobierna, no es un conferenciante. Y la ya permanente pelea con un Podemos cada día más irracional es un lastre descalificativo. ¿Es aceptable que en 2023 y en el cuarto país de la UE estemos pendientes de las 'ocurrencias' de dos ministras como Irene Montero e Ione Belarra? 

Sí, Sánchez exhibirá un pacto de pensiones que ha sido avalado por Europa y permitirá recibir más fondos de la UE. Pero cuando hace 13 meses el Congreso aprobó (solo por el error de un diputado del PP) la reforma laboral, Sánchez estaba fuerte. Tenía detrás un acuerdo con los sindicatos y la patronal trabajado por Yolanda Díaz (la cara responsable de Podemos). Y la mayoría de economistas aprobaban la reforma y la gestión de los ertes. Poco contaba entonces que Pablo Casado, ERC y Bildu estuvieran en contra. Ahora solo tiene a los sindicatos (nada a despreciar visto lo que le pasa a Macron), pero ha logrado un frente del rechazo CEOE-PP y la mayoría de economistas son escépticos sobre el futuro de la reforma. Y si intenta vender que Abascal, Tamames, Feijóo y los ricos de España son lo mismo caerá más cerca del simplismo izquierdista que del centro que le está abandonando.

Feijóo no lo tiene mejor porque no podrá intervenir y tendrá que volver a confiar en Cuca Gamarra, experta parlamentaria que peca de repetitiva. ¿Qué mensaje ilusionante podrá lanzar? Pero Feijóo puede salir beneficiado por dos motivos. Uno, si Sánchez -diga lo que diga el CIS del pasado viernes- no consigue remontar. Dos, si la moción fracasa y demuestra que Abascal no tiene un norte racional. Entonces un discreto Feijóo puede quedar como la opción menos mala para todo el voto conservador y para el que cree que Sánchez ya está agotado.

Y tras la moción quedará que España debe afrontar los próximos meses un escenario con algo más de crecimiento del previsto (según la OCDE), pero con una inflación que se resiste a bajar, más la subyacente y la de la cesta de la compra. Y esta semana ha surgido una inesperada crisis bancaria que la Fed americana y el BCE no han logrado doblegar al primer intento. La moción Tamames es un lujo que España no se debía permitir. Y el culpable, más que Abascal, es la falta -en plena y grave crisis mundial- de todo consenso entre los dos líderes de los dos grandes partidos.  

Suscríbete para seguir leyendo