Apunte
Pensiones con (casi) consenso
El tiempo dirá si la reforma basada en aumentar ingresos y sin apoyo patronal dura y funciona

El ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, firma con los líderes de CCOO y UGT la nueva reforma de las pensiones. /
Si hay un ministro exultante es el de Seguridad Social, José Luis Escrivá. El Gobierno ha aprobado la reforma del sistema de pensiones, uno de sus mayores retos, con el aval de UGT y CCOO, pero no de la patronal CEOE. Y es que la modificación va por la vía de los ingresos, en especial con mayor aportación de los salarios más altos, aunque no sólo de estos; lo que afecta esencialmente a grandes compañías.
La duda es si será una reforma, que en principio cuenta con el aval de Bruselas para que España reciba el cuarto pago de los fondos 'Next Generation', perdurable. Según Escrivá, que defiende también la que acometió el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en 2011 (retraso gradual de la edad de jubilación hasta los 67 años en 2027 y ampliación progresiva del periodo de cómputo para la pensión de los 15 hasta los 25 años), "las reformas bien hechas tienden a perdurar". Y añadió que la del 2013 del PP, partido que rechaza la actual sin detallar alternativas, casi ni llegó a implantarse.
Ahora la reforma es distinta y se basa en los ingresos, también con contribución de los salarios menos elevados, en vez de en recortes tras una primera fase en la que se blindó la subida de las pensiones con el IPC o el cambio en el régimen de cotización de los autónomos.
Los cálculos del ministerio -la subida de las cotizaciones supondrá una media de 37 céntimos más por hora trabajada hasta 2050- tienen algo de trampa estadística. Y es que la mayor alza se concentra en la parte alta. De ahí que las mayores quejas procedan de la CEOE. Unos ven la reforma como una opción ideológica y otros, electoral y poco perdurable.
Toda medida de calado, como modificar uno de los pilares del estado del bienestar, debería contar con el máximo apoyo para blindarla. Era evidente que, en este caso, los empresarios, o parte de ellos, se opondría a cargar con más costes. Llegados a este punto, solo el tiempo nos dirá si esta reforma con (casi) consenso dura, funciona y quién tiene razón o si el siguiente Gobierno, si es que hay relevo en la Moncloa, aplica una nueva receta.
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