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El pedigrí feminista de Pedro Sánchez

Poco bien hace a la igualdad una acción tan oportunista como anunciar en un mitin una ley para garantizar la paridad

Pedro Sánchez, durante su participación en un acto sobre feminismo con motivo del Día Internacional de la Mujer

Pedro Sánchez, durante su participación en un acto sobre feminismo con motivo del Día Internacional de la Mujer / Borja Sánchez-Trillo/EFE

Gemma Martínez

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Con la igualdad no se juega, ni aunque uno sea el presidente del Gobierno de un país que está a dos meses de las elecciones municipales. Poco bien hace a la reducción de la brecha entre hombres y mujeres una acción tan oportunista como anunciar en un mitin una ley para garantizar la paridad en la política y en la empresa privada, cuatro días antes del 8-M, el Día Internacional de la Mujer. Tampoco ayuda que la norma, una transposición de una directiva europea, vaya a ser aprobada por el Consejo de Ministros el mismo día que la reforma de la ley del 'Solo sí es Sí' se vote en el Congreso con el Ejecutivo de coalición cada vez más dividido.

Con la igualdad no se juega, ni aunque uno sea el partido político del presidente del Gobierno y algunas de sus voces afirmen en privado que ahora toca recuperar el pedigrí feminista que el socialismo había cedido a favor de Podemos.

Con la igualdad no se juega, ni aunque una sea la ministra de Derechos Sociales y, conocedora del anuncio que iba a realizar Pedro Sánchez, escriba minutos antes que el feminismo no es que Ana Patricia Botín y Marta Ortega dirijan una gran empresa, es topar las hipotecas de tipo variable para que las familias lleguen a fin de mes.

Con la igualdad no se juega, ni aunque una sea la secretaria general del Partido Popular y compare el crecimiento de las excarcelaciones de agresores sexuales con la subida de la cesta de la compra. 

La igualdad es un pilar vertebral de toda sociedad avanzada que todavía está a años luz de materializarse en muchos ámbitos y no un juego político al que recurrir en el momento más oportuno en función de los intereses de cada uno. Tampoco puede ser una bandera que se rompa por las fricciones entre las distintas corrientes del feminismo.

La igualdad entre los hombres y las mujeres es una obligación que no es negociable y que debe exigirse aquí y ahora, porque sin ella no hay futuroSe ha de reivindicar los 365 días del año y no sólo durante 24 horas, el 8 de Marzo. Así lo ha hecho EL PERIÓDICO con su apuesta editorial 8-M todo el año, y así lo hará doce meses más, hasta marzo de 2024. 

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