Juan Bernardo Fuentes Curbelo nunca fue ‘Tito Berni’

Nadie llama 'Tito Berni' al 'Tito Berni'. Esa es una expresión entre afectuosa y burlona que acuñó para él el soplón, Antonio Navarro Tacoronte, pero nadie, ni en Fuerteventura ni en Madrid, lo había llamado así nunca. Quizás sea hasta ahora su principal disgusto. 'Tito Berni'. Qué vergüenza. Él fue toda la vida Juanbe, porque, eso sí, muy pocos lo llaman Juan Bernardo: demasiado ceremonioso para un ganadero. Porque en realidad no es tal cosa. 

Juan Bernardo Fuentes Curbelo ha sido durante sus sesenta años un ganadero que ejercía en sus ratos libres de agente electoral y montaba actos para el PSOE o un agente electoral que montaba actos y en sus ratos libres se dedicaba a la ganadería. Pastoreaba sus candidatos y promocionaba sus cabras o viceversa. ¿Formación profesional o académica? Un misterio.

El jefe de los Fuentes, Domingo Fuentes Curbelo, el Fuentes más homologable, siempre tiró de él para campañas, mítines, encuentros, recados de necesaria discreción. 

Licenciado en Filosofía y Letras y profesor de bachillerato, ha sido consejero y vicepresidente del Cabildo de Fuerteventura, diputado del Parlamento de Canarias y senador. Ahora mismo es director insular de la Administración del Estado en Fuerteventura, porque ama la enseñanza pública, pero a ratitos. Profesor a cachitos y poeta espeluznante, es quien ha tirado de Juanbe, consiguiendo meterlo en sitios grisáceos de varias listas electorales.

 Cuando el PSOE gana las elecciones en Canarias y consigue formar gobierno en 2019, la Dirección General de Ganadería, que corresponde a los socialistas majoreros (Ganadería siempre ha sido para Fuerteventura, con Coalición Canaria y con el PSOE) es negociada por Fuentes Curbelo con el secretario general de la isla, Blas Acosta, que acepta a Juan Bernardo sin mayores dificultades. Acosta tiene un control estrecho sobre la organización socialista, pero lo obtuvo, en parte, gracias a las buenas relaciones que en su día creó y mantuvo con Fuentes Curbelo. Por eso siempre le escucha. Por eso, también, tiene al sobrinito, Taishet, como asesor en el Cabildo. Nadie sabe en qué materias asesora. A veces el chico parece narcoléptico. Pero por ahí está.

En enero de 2020 el coronavirus avanza silenciosamente por España. También los Fuentes Curbelo. Se produce un maravilloso golpe de suerte y ese mes la diputada socialista Elena Máñez abandona su escaño en el Congreso para incorporarse al Gobierno de Canarias. Y le sustituye Juanbe, cargado de emoción. Nuevas llamadas de Domingo Fuentes Curbelo a Blas Acosta. Juanbe lo estaba haciendo tan bien como director general. A mi juicio la mejor continuidad está en Taishet. Y si tiene alguna duda llama a Juanbe y lo resuelve. De nuevo Acosta asiente. Taishet asume la dirección general con la vista ya puesta en la alcaldía de Antigua. Su primera visita oficial es para el municipio.

Ya están todas las piezas colocadas. En el Congreso Juan Bernardo es un diputado muy discreto. Está en el pelotón torpón de la infantería parlamentaria. Siempre lee sus pocas intervenciones, se trabuca ligeramente, nada que no sea un tópico manoseado sale de su boca. Había conocido hace muchos años a Navarro Tacoronte en Fuerteventura. Y reaparece ahora: una mañana le llama al Congreso. Hay tanta gente que necesita ayuda, tío. Tantísima. Yo creo que estamos para ayudar a la gente. Y Taishet, también, él debe ayudar, si un día quiere ser alcalde. Hoy por ti y mañana por mí. 

Casi inmediatamente aparece el general de la Guardia Civil en reserva Francisco Espinosa: otro hombre con voluntad de ayudar a quien lo necesita. Lo demás son sumarios y media docena de piezas separadas y una investigación judicial abierta y fotos de fancachela y putiferio. Domingo Fuentes lo profetizó en un poema lamentable pero lúcido: «Entonemos un canto de esperanza,/ no de tretas. Hagamos hoy, de prisa,/ propósito de enmienda, que mañana/será tarde y los sueños se harán trizas».  

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